SITUACIÓN Algo me has dicho de amor y pasatiempos, ya lo he olvidado. La blanda cama no es ahora sino espacio de silencio y luz. ¿Eres o no la que duerme conmigo y aguanta mis manías? Música lenta, las pinzas por colores, comer callados. Hoy no es la noche un tiroteo en los puertos lujosos. Es noviembre. Y un libro que había perdido lo encuentras debajo de la cama. Algún ególatra feliz, lo abrazaría. Yo no: otro es mi cuerpo. CONFESIÓN Quiero decir sin complejos: mírame. Toma esta mano pálida que ha escarbado tu nombre sobre tierra. Alégrate si canto y desentono, acepta el desafío de habernos entregado a lo imperfecto. Perdona si no sé tocar el piano como en películas de amor. Dime que no me vaya, insísteme aunque mientas, agrándame el orgullo. Abre los grifos, mójate los labios y bésame de agua, de diáfana sustancia imprescindible. Toma mi voz, pon luz a las palabras que a oscuras susurramos cuando el mundo reitera su jaleo. Tenemos una vida por delante, y si me apuras, una muerte constante en darnos calma. EN UNA OCASIÓN Aprendí a imitar cómo dices te quiero en un francés de cuarto curso. Tenías acento de muchacha rubia. En tu columna el mástil de la guitarra, en tu boca sol y abril y nubes de saliva. Tus canciones favoritas por la mañana en casa. La nota mayor del día en el agua, en la soberana limpidez que corre por tu espalda de ninfa bajo la ducha. Hicimos el amor dos o tres veces y, alguna vez, me tragué el orgullo. De nuevo alguna vez, muy al filo de tu hombro, tuve veinte años y era suficiente.
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Antonio Díaz Mola (1994). Desde los 20 años se inició en la poesía. Estudiante de Filología Hispánica en la Universidad de Málaga. En el año 2019 gana el Premio de Poesía Ateneo de Málaga con su obra El palacio de Laura, y el Premio de Poesía Museo del Vino, con su poema “Para siempre”.
Me encantaron los similes en el último poema, muy buenos 👏🏻
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