por Giselle Lucía Navarro
Hace algunos años, un alumno me regaló un libro por el Día del Educador, un libro de poesía titulado El trabajo del pulmón, que en realidad era la antología personal de un poeta francófono publicada bajo el sello Editorial Letras Cubanas, en La Habana. Como de costumbre, abrí algunas páginas al azar para ojear los poemas y, a medida que fui hurgando, aumentaron mis ganas de leer. Ese fue mi primer acercamiento a la obra de Jean Portante.
Nació en Differdange, Luxemburgo, en 1950. Es poeta, novelista, dramaturgo, ensayista, traductor y periodista. Actualmente vive en París. Ha publicado en francés más de cuarenta libros, que han sido traducidos a otras lenguas. Su obra poética escrita entre 1988 y 2005 fue recopilada en Francia por la Editorial Le Castor Astral bajo el título La cendre des mots (2005), las ediciones Phi, de Luxemburgo, ha publicado por su parte, su obra producida entre 1983 y 2013 con el títulode Le travail de la baleine (2014). Entre sus reconocimientos destacan: el Premio Nacional de Literatura (2011, Luxemburgo) y, en Francia, el Premio de Literatura Francófona Benjamín Fondane (2012). Desde el 2016 forma parte de la prestigiosa Academia Mallarmé. En español, ha publicado los títulos: Abierto cerrado (1996), Elaborrar (2000), La reinvención del olvido (2013), La ceniza de las palabras (2015) y El frabricante de sur (2016). Ha traducido al francés a muchos poetas, entre ellos a Juan Gelman, Gonzalo Rojas y Jerome Rothenberg.
La poesía de Portante se nutre de la transformación, las diversas pulsaciones de sus raíces, que migran con él y suelen reiventarse, del mismo modo que respiran en su cabeza los idiomas. El italiano, como lengua materna, la que al decir del propio poeta, siempre “pulmonea” en su escritura; el francés en la composición de sus versos; el alemán y el luxemburgués, aprendidos en la escuela y en la cotidianidad de su país, y el español, esa otra lengua que lo enamoró durante los años que viviera en Cuba. De esa rica mixtura nace su lenguaje, con un palpable contraste entre la delicadeza de las frases y la fuerza de lo que sugiere.
Es una voz que cuestiona el medio que le circunda: lo desnuda y lo viste, lo interroga. Sus poemas adquieren un rostro experimental, sin perder el equilibrio de las construcciones tradicionales de la lírica. La existencia humana, por naturaleza cambiante, es uno de los principales hilos que conduce su poesía, en medio de todos los símbolos sociales, naturales, temporales, familiares, escenas autorreferenciales, análisis, hallazgos, certezas, corazonadas e inquietudes que le asaltan el verbo.
Su palabra podría ser un gran espejo, un cristal ante el cual el poeta se construye y se deconstruye a sí mismo, un cristal atravesado por la búsqueda de un hombre que punza su propia identidad y la circunda entre las equivalencias del movimiento.
MITOS
el mito del hombre es el de su palabra el hombre se nombra y es imagina la imagen del hombre que toma la palabra y no sabe a quién dársela
(Traducción de José María Holguera, De Abierto cerrado).
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CAYÓ UNA HOJA Y SE DIRÍA
CAYÓ UNA HOJA Y SE DIRÍA que no está orgullosa de ello. Una mano la ha recogido y se diría que tampoco ella está orgullosa. Se diría que ya no hay más portadores de antorchas cavando una gruta en la oscuridad y que las manchas se oxidan en el taller del fabricante y el polvo cósmico cuando se posa en la lengua perfila los rastros de noche. Se diría que el fabricante de manchas es un fabricante de sur herrumbroso.
(Traducción de José Reyes de la Rosa, Carlos Clementson y Antonio López, De El fabricante de sur).
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no quiero hurgar en los bolsillos de nadie
Pier Paolo Pasolini
no trato de curarme del sur ni de ponerle un abrigo al norte. abro sin cesar las manos están sin cesar vacías. por menos nos golpearíamos hasta morir. hay en este combate una boca con gritos que regresan del infierno. por menos nos ataríamos a la roca a esperar la ceguera de las águilas. algunos son la puerta que mi padre libera cuando pierde esta guerra. él camina detrás o por delante al regresar. otras historias pueden ser contadas. una de ellas lleva gafas. es casi una confesión. LOS OJOS ESTÁN DENTRO DE LOS BOLSILLOS.
(Traducción de Emma Julieta Barreiro, De El árbol de la desaparición).
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ESTA AUTOPISTA que asfalta en mí las ganas de quedarme abre como un cierre relámpago la herida que ayer en la tarde traje a casa pero esta mañana puedes decírmelo quién eres tú para hablar de cuchillos que hay que acomodar o caminos que hay que desandar no respondas enseguida háblame primero del jardín tras la casa y la partida que allí enterraste.
(Traducción de Daniel Samoilovich, De El trabajo de la sombra).
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INVENCIONES
quién diría que las piedras nos han precedido parecería más bien que nosotros las hemos inventado con nuestra manía de buscar algo más duro que nosotros mismos si el orden fuera diferente las cogeríamos en nuestra mano ellas nos cogerían en la suya y juntos seríamos catapultados en el tiempo como si entre ellas y nosotros la edad fuera la única diferencia.
(Traducción de Daniel Samoilovich, De Elaborrar).
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Qué queda de la sombra cuando ya nada está en su sitio. Acaso lucha contra sí misma como un mar inexperimentado sobre el que no se mueve ningún navío. A dónde irán a romperse las olas en el momento del reposo. O acaso es como un Ícaro la sombra –muy cerca de un sol que toma su impulso no para caer sino para escribir la última página de la felicidad que ningún destino le prometió. Allá arriba está elevándose sin cesar y lo que cae no es más que su sombra que se aleja y alejándose se aleja igualmente del mar –el mar sobre el cual ningún navío se mueve. Y ya nada está en su sitio. Y de la felicidad prometida algunos pétalos arden ya. Y ningún Ícaro está en camino. Hay solo un migrante allá arriba que contra sí mismo lucha.
(Traducción de Jorge Miralles y Víctor Rodríguez Núñez, De La reinvención del olvido).
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XVIII
TODA LENGUA ES EL SILENCIO DE OTRA. Lo he escrito y me arrepiento de ello. Si ese fuera el caso, el pulmón y la piel se matarían entre sí. La página quedaría en blanco. El riesgo de que eso suceda siempre está presente. Basta con que un elemento externo haga tambalear el edificio del elaborramiento y todo se derrumba. Casi sucedió cuando, lastrado por el viaje inicial, me encaminé de nuevo hacia tierras lejanas. Dejé un día de manera provisoria mis maletas en América Central y abrí la puerta a la lengua que allí se habla. Era la gota de más en el vaso de la Aspirina. Una gota voraz que, sin avisar, empezó a disolver la piel y el pulmón de lo escrito. Tuve que huir. Si lo hubiera permitido, se hubiera borrado la elaboración y la borradura. El pulmón ya no hubiera aceptado el juego. Se hubiera producido una sustitución y habría sido necesario re-elaborar todo. La sustitución es el enemigo mortal de la ballena.
(Traducción de Rocío Ugalde, De Pulmón, instrucciones de uso).

Giselle Lucía Navarro (Cuba, 1995) Poeta, narradora y diseñadora. Es licenciada en Diseño Industrial por el Instituto Superior de Diseño de la Universidad de La Habana y egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Profesora de la Academia de Etnografía de la Asociación Canaria de Cuba. Dirige el Grupo Literario Silvestre de Balboa. Ha obtenido diversos reconocimientos entre los que destacan el Premio Edad de Oro 2018, el Pinos Nuevos 2019 y el David de Poesía 2019 que otorga la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Ha recibido menciones en los concursos internacionales Ángel Gavinet (Finlandia, 2012), Poemas al Mar (Puerto Rico, 2012) y Nósside (Italia, 2019). Ha publicado Contrapeso (Colección Sur Editores, 2019), El circo de los asombros y ¿Qué nombre tiene tu casa? (Editorial Gente Nueva, 2019). Textos suyos han sido traducidos al inglés, francés e italiano, y publicados en antologías y revistas de Cuba, España, Chile, Perú, Estados Unidos, México, Finlandia, Venezuela, Argentina, Puerto Rico, Italia, India y Bélgica.