Tres poemas de David Jovany Velasa



BUCARELI

Una tarde alguien dijo:
“la poesía está aquí,
en lo que respiramos”.
Y claro que estaba ahí:
Con un cabello castaño
Y aproximando
Uno sesenta y ocho centímetros
De su sonrisa al suelo
-Y cinco centímetros apenas
por debajo de la mía-;
no había duda:
la poesía estaba ahí.
 
Ivanna era de las que todo hacía calma
Con su voz de pájaro dolido
De 70 decibeles;
O con sus piececillos de pluma
Que les encantaban pasearse
Por las calles de Bucareli.
Y entonces, yo deseaba ser ese Bucareli
Un Bucareli ancho y abierto a su vida;
A sus pies ligeros
Y a su ritmo de cisne;
Quería que Ivanna volara
En las extremidades de mis calles
Y hallara su sitio favorito
Para que le pusiera su nombre y su voz
Y así, por unanimidad,
Cada calle de éste Bucareli
Se llamase Ivanna. 
 
Sin embargo Ivanna Se debordaba de luz
En otro Bucareli  donde no llovía
Uno bien pintado sin faros rotos
Donde mujeres como Ivanna
Canturreaban su poesía
Y alfombraban el camino;
Un lugar donde siempre era primavera
Y no sólo cuando ella llegaba.
 
Recuerdo que aquella vez
Se acercó sin olvidarme
Y se despidió de este invierno.
Me dió un abrazo
Pero Ivanna se hizo agua entre mis huesos
Y despareció de mis brazos tan pronto
Por primera vez fui consciente
De no querer tener tantas grietas en mi vida.
Pero mientras se alejó
En un milagroso pestañeo,
Volteó y me sonrió
Y entonces Ivanna se hizo llama entre mi pecho
y dejó arder un poquito más su primavera.
 
Ivanna…
Ivanna…
Oh, Ivanna…
en ese despoblado mundo:
en esta ciudad mía que no conoces aún
aquí donde ni siquiera sabes que habitas,
donde las calles en mis sueños visten como tú
todo quería volverse poesía;
Las cosas querían ser nombradas Ivanna
                                                          Y ser amadas.
 
 

LA METÁFORA DE MAMÁ

Mi mascota moría
Y en 24 años
Jamás recuerdo
Haber escucha a mi madre
Decir una metáfora tan pura:
“Se está apagando”, dijo.
 
Y mi madre se apagaba junto con ella.
 
 
 
EL ROMPECABEZAS

Ella dice
Que le gustan los
                Rom
             Pe
                  Ca
             Be
                    Zas.
Arma piezas rotas
Como pasatiempo.
 
El año pasado armó algo
De 300 pedazos.
A decir verdad
No recuerdo bien si dijo
que fue un paisaje
o un corazón roto.
Tal vez fuera un tigre des-tro-za-do.
 
Su diversión es la lluvia bailando
Y esta tarde tiene suerte.
Ahora entre mis brazos
ella está entretenida
Con los trozos de mi pecho.
No le he dicho
Que nadie antes
Lo ha logrado.
Ni siquiera yo he podido
Después de tantos intentos.
Le hace falta la última pieza.
(Este también es
un tigre des-tro-za-do).
Pero si ella la encuentra
Seré suyo por
        S
             I
      E
                 M
           P
     R     
             E .

.

David Jovany. Velasa. Narrador y poeta mexicano. Estudiante de Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma Metropolitana. Fue docente en el centro cultural El sifón dando clases de literatura y español. Escritor de la obra “Un día más”. Actualmente trabaja en un proyecto literario en casa.

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