por María del Castillo Sucerquia
Anatoly Molotkov, nacido en San Petersburgo, Rusia, es un escritor inmigrante. Actualmente, reside en Portland, Oregón.
Sus poemarios publicados son: El catálogo de cosas rotas, Aplicación de sombras y Sinónimos para el silencio. Ha recibido varios premios de ficción y poesía y una beca literaria de Oregón. Su prosa está representada por Laura Strachan en Strachan Lit; es coeditor de The Inflectionist Review.
Las imágenes en la poesía de A. Molotkov transcurren claras y fluidas como un riachuelo; con su voz, incluso la penumbra es translúcida. En los poemas que traduje al español y leerán a continuación, se expresa la intención permanente de transcender las limitaciones del cuerpo, esto es, con el pensamiento, el recuerdo y la palabra. El autor encuentra su importancia y brevedad en lo natural; yuxtapone su naturaleza a la exterior y, en silenciosa contemplación, se halla en armonía y simetría con su entorno. No obstante, se sabe imperfecto, abraza la nostalgia, hace las paces con palabra. Es dueño de todo lo que puede imaginar y evocar.
Poemas Obituario No me disgusta el vidrio. Sienta bien. Abre paisajes, venas, es hendido con diamantes. Lo siento, me gusta su reflectante naturaleza, su profundidad y transparencia. Me encanta el crujido en mis dientes. Aprecio como empuja contra el viento y no se mezcla con el camino del pájaro ¿Qué cruza la mente del pájaro? La mía lo disecciona, encuentra la simetría extraviada, perdona sus rotas alas. Lo siento, es la única vida que tengo. ¡Y toda el agua que puedo verter en ella! No me disgusta la sangre, como el mar, salada. Y sueño puentes hacia la verdad. Lo siento, fallo en amar como el amor debe, y fallaré de nuevo. Cuando la quietud se instale, te quedarás. Me esconderé entre los reflejos que recuerda el cristal. No me disgustan las carencias. Fronteras rotas Un río cruza una frontera sin visa. Aún en el cansancio, salta mi mente de la cama y canta. ¡Escucha, mariposa! Ten ojo avizor, protege tus alas; el mundo tiene ásperos bordes, peligrosas fronteras, altos eficios, aviones en llamas.
Enfrentando el cuerpo
Los muertos entran. Lánguidos puñados de luz a través de la cerca. Entre verano y silencio, flores blancas y tu cuerpo sobre la hierba, hacemos espacio para la redención. Al final, la amputación de uno mismo es un breve acto, un gesto de conformidad. Nuestras interminables conversaciones, y la vida misma, un sueño antes de ser soñado. Si no estás de acuerdo, tal vez olvidar es una etérea labor sobre tus hombros. En el mejor de los casos, de nosotros se reirán. Déjalos reír. Deja que recojan tu cuerpo de la hierba y lo lleven con cuidado en su viaje. Estamos aquí para el gozo, la sangre y el perdón. Aprendemos de los cambios repentinos en la historia, la música del mañana ayuda a que los años transcurran sin impedimentos. Los muertos nos miran, sonríen. Acelerar nuestros errores ha sido durante mucho tiempo nuestra táctica. Al final, ¿qué perderemos? Hablamos con nuestro trabajo: abrigar la tormenta, nombrar los arcoíris, susurrar nubes para dormir.
Aclaró Veo un copo de nieve moldear su noción de agua en la simetría. Mis ojos me abren. Soy un mandala construido para ser borrado, un copo de nieve, un remoto cristal, luego, una gota de agua, ahora, un recuerdo. La oscuridad apropiada Ferrocarril en invierno, cielo acalambrado. Aguanto la respiración. Incluso las declaraciones más insignificantes son definitivas. Las palabras sobreviven al silencio. Lo que se pronuncia habita en ambas orillas. Si tan sólo pudiera esconderme bajo la máscara del año pasado, absorber sus colores. Nada de lo dicho equivale a lo que queremos decir, y lo decimos. Amo la oscuridad en mi boca cerrada.

María Del Castillo Sucerquia (Barranquilla, Colombia, 1997). Es una poeta bilingüe, escritora, tutora, médica oriental (Neijing, España) y traductora (Francés, Inglés, Italiano, Portugués, Español y Alemán). Con experiencia en radio y actuación (teatro y cine). Ha participado en numerosos festivales de poesía, recitales, foros, conferencias y encuentros culturales. Sus poemas han sido traducidos en diversas antologías, revistas, periódicos y sitios web nacionales e internacionales (Filogicus, Libresta, María Mulata, Bharatha Vision, Alaraby Aljadid, Azahar, Atunis Poetry, El Heraldo, Muelle Caribe, Crisol, Uttor Kota, Sol y Luna, Protikotha, entre otros). Y traducidos al Canarés, Árabe, Urdu, Bengalí e Inglés. También colabora como traductora y columnista en las revistas Vive Afro (Medellín), Altazor (Chile), Cronopio (Missouri), El Golem (México).