por Giselle Lucía Navarro
Esta semana, como parte de un pequeño ciclo dedicado a la poesía escrita por mujeres jóvenes, los invito a leer la obra de esta poeta armenia, que conocí gracias al proyecto Versopolis y a la traducción de Marisa Martínez Pérsico. Tatev Chakhian nació en Ereván, Armenia, en 1992. Es poeta, artista visual y traductora. Actualmente radica en Polonia. Cursó estudios de Cultura Antropológica en la Universidad Estatal de Ereván. Es editora de la revista de poesía iraní contemporánea iranliter.com, donde se enfoca en la traducción de literatura persa.Ha merecido los premios literarios Dionizy Maliszewski (2014), Gazeta Obywatelska (2016) y Sanak Partev. En 2016 publica su primer poemario Dowód(nie)osobisty, que estuvo nominado en 2018 al premio Poet of Freedom, a la V Edición del Premio Literario de la Ciudad de Gdansk y fue publicado en polaco. Como artista visual, desarrolla la técnica del collage y sus obras se han exhibido en galerías de su natal Armenia y de Bruselas. Sus poemas se han publicado en diversas revistas y han sido traducidos al holandés, ruso, macedonio, inglés, alemán, español y persa. Su palabra dialoga con el tiempo, el tiempo en el que una sociedad se transforma, del mismo modo que lo hace el individuo que la habita. Sus versos honran y suscitan la propia raíz de ese individuo, sus preocupaciones y sentimientos, fragmentados en temas como la memoria, la identidad, la libertad, lo político, la emigración y lo autorreferencial. Sus poemas nacen como pequeñas impresiones y dibujan, a modo de collage, esos disímiles pedazos que laten en cada parte del país y lo construyen, esos mismos pedazos que subsisten en la piel de la escritora, no en la mujer, sino en el ser humano, atemporal y sin rostro definido, como entidad consciente que observa y respira, sin importar la circunstancia, pero que siempre está ahí, palpitando, como las aldeas, las paredes rajadas y el silencio.
Armenia, aldeas en la carretera
Tan solo déjalas atrás. No hagas preguntas a la gente apoyada en las paredes, no contemples las arrugas femeninas, no esperes el regreso de los hombres al hogar, nunca te asomes por encima de las cunas, mantén tus ojos secos de las lágrimas, no hagas el gesto de «adiós» con una mano y no sonrías. Sin tomar fotos, sin escribir poemas sobre ellos, regresa a tu autobús turístico, apoya tu frente contra una ventana fría convenciéndote de que no has visto nada, que no recordarás, y, de hecho, ¡no recuerdes! ¡Nunca! ¡No recuerdes jamás!
Después de la revolución
Después de la revolución, después de una guerra ganada, después de un día de independencia, un limpiador de calles, sombrío e inclinado, nunca piensa en la revolución ni en la victoria, y tanto menos en la independencia.
NO. 39
Cada poema es un zapato, y cada segundo zapato es un poema. Hay un poema que te lleva más lejos que un zapato. Hay poemas de impacto y recreación, uno que te hace doler el dedo gordo, y, en principio, uno no debería probarse un poema si no es suyo. Hay haikus de verano, largos poemas de invierno y otros de otoño estropeados por una sola lluvia. Los más jóvenes lucen grandes poemas que, de a poco, terminan encogiéndose algo más, y los adultos no amarran torniquetes a los poemas. Los nuevos poemas crujen, los antiguos se quedan en silencio. Hay un poema para huir, otro poema que te lleva a casa y un poema que debes quitarte antes de entrar para calzarte suave, rítmicamente, en superficie otro poema totalmente diferente. Para poner a prueba a un poema no sirve quemar cuero, tan solo pararse en una calle y declarar: “estoy perdido”.
Traducción al español: Marisa Martínez Pérsico.

Giselle Lucía Navarro (Cuba, 1995) Poeta, narradora y diseñadora. Es licenciada en Diseño Industrial por el Instituto Superior de Diseño de la Universidad de La Habana y egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Profesora de la Academia de Etnografía de la Asociación Canaria de Cuba. Dirige el Grupo Literario Silvestre de Balboa. Ha obtenido diversos reconocimientos entre los que destacan el Premio Edad de Oro 2018, el Pinos Nuevos 2019 y el David de Poesía 2019 que otorga la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Ha recibido menciones en los concursos internacionales Ángel Gavinet (Finlandia, 2012), Poemas al Mar (Puerto Rico, 2012) y Nósside (Italia, 2019). Ha publicado Contrapeso (Colección Sur Editores, 2019), El circo de los asombros y ¿Qué nombre tiene tu casa? (Editorial Gente Nueva, 2019). Textos suyos han sido traducidos al inglés, francés e italiano, y publicados en antologías y revistas de Cuba, España, Chile, Perú, Estados Unidos, México, Finlandia, Venezuela, Argentina, Puerto Rico, Italia, India y Bélgica.