Consejos de respiración hasta el exterminio

Por Hugo de Mendoza

Respirar la nieve la nube la nuca nunca vista de Dios.
 
Respirar el primer pájaro del día hasta la clarividencia
y la fatiga de un concertista en vegetación eléctrica.
 
          Exhalar
no sólo bajo el sol o bajo un yunque de hipotermia.
          Exhalar
aun con plomo en los bolsillos
aun con amoniaco entre los dedos.
Exhalar con la carne con el pensamiento con el espíritu
aunque la hipnosis matutina pronostique un colapso de plantas venenosas.
 
Aspirar el hundimiento la elevación lo invisible la astrología lo subterráneo.
 
Celebremos una gota de vino en un temblor de parálisis mental
asistamos a un planeador para sobrevolar la calvicie de nuestra muerte
como una danza de alto riesgo en el espejismo de una peluquería.
 
Imaginar lo que no puede ser respirado:
          un amor en el centro del infinito
          un caminar de Lao Tsé en un haiku
          una lluvia para que el nacimiento del mar
          sea un pez durmiendo en nuestras manos.
Respirar bien el todo y la nada.
 
Que la oxigenación en nuestra sangre nos impulse
a trotar la historia universal
a velocidad de caracol a salto de guitarra
que nuestros pulmones sean un fractal de mariposas
cuando la era cibernauta cuando el fin del mundo
nos tome dando vueltas en una rueda de la suerte
o en la contemplación de una cascada
que la naturaleza ordeña.
 
Respirar siempre prominente
en vibrato en el ayuno de Tomas Merton
o de un economista pronosticando
descalcificación en nuestra patria.
 
Demos respiración de boca a boca
aire a los cometas
viento a los aviones
aliento a los naufragios
seamos el último surfista en época de aire
donde una sirena alcanza su plenitud de vuelo.
 
Que las estrellas se resguarden bajo nuestros parpados
y los astronautas sean acordeones en la música de Dios.
 
Seamos hidrogeno en la meditación de un tigre
mientras vacacionamos en la piedad de su metabolismo.
 
Enaltezcamos fuego sagrado en celebración de vivos
en el instante en el único trago de nuestra llama
de casualidad de átomo de azar de la interrogante
cuando el Herrero desde el espacio exterior martillea
una partícula que tiene tu rostro
en un caldero que bien ilustra un alquimista
respira la existencia.

Hugo de Mendoza (Guadalajara, México, 1976). Es poeta y editor. En 2002 fundó el colectivo Literagen. En 2009 editó la revista de crítica literaria El Golem. Ha publicado los libros de poemas Danzar del Agua (2009) y 34 Episodios de Piscis (2010). Ha impartido talleres de creación literaria en escuelas secundarias. Algunos de sus poemas han sido traducidos al portugués y al inglés. Coordinó los ciclos de Crítica de la poesía y narrativa en México y dirige el encuentro de poetas Vértice en el Tiempo. Es director editorial de la Revista de literatura El Golem.

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