Por Giselle Lucía Navarro
Nos conocimos hace algunos años, en los últimos días de la Feria del Libro de La Habana. Entre mis pocas palabras en turco, un poco de inglés y español, intercambiamos inquietudes y poemas. Mi primer acercamiento a la obra de este autor fue a través de su teatro. La muestra en escena de su obra El Umbral, representada por la compañía Teatro Gaviota, en la sala El Sótano, en El Vedado. Fue una excelente oportunidad para palpar, además de los pasajes típicos de las zona rural de Turquía, los rastros de esa sensibilidad que la vida le había dejado a partir de las durezas, ausencias y el propio devenir de los años, que a veces también sucede como un alumbramiento y logran imprimir ternura. La obra me dejó el cosquilleo del espectador satisfecho, y saber que contaba en gran parte su vida, sus inicios como escritor, hizo que me aventurase a entrevistarlo a principios de 2019. Hasan Erkek nació en Adiyamn, Turquía, en 1970. Es dramaturgo, poeta y profesor de Teatro con una vasta trayectoria. Actualmente radica en París. Galardonado con más de 20 premios literarios, ha publicado alrededor de 25 libros científicos y artísticos en países como Turquía, Francia, España, Alemania, Rusia, Croacia, Armenia, Georgia, Bulgaria, Rumanía, Albania, Azerbaiyan y Hong Kong. Sus obras de teatro se han representado en más de 40 teatros de diversos países, incluyendo de forma prioritaria el Teatro Nacional de Turquía. Ha trabajado como Miembro del Consejo Ejecutivo y Vicepresidente de ASSIEJ en Turquía, y como presidente de la Asociación de Dramaturgos y Traductores de Arte Teatral Dramético, así como Jefe del Departamento de Artes Escénicas en la Universidad de Andolu. Su poesía nace de temáticas cotidianas. Se siente la huella de un hombre que emigra, pero no es emigrante. El ojo del poeta es un ave inquieta, vuela sobre diversas realidades y las contempla, a veces con la sencillez y la impaciencia de un niño, que rebuzca entre las flores y el paisaje, a veces deja que el sentimiento y el dolor sea esa honda que lo traiga otra vez a poner los pies sobre la tierra para narrar ese otro color oscuro, el color amargo de nuestra tierra y nuestro tiempo. Atravesada por los viajes del idioma, se presenta aquí una muestra de su quehacer poético, gracias a la traducción de Berna Talun y Dannybal Reyes Umbria.
Me enderecé en medio de la sangre (Doǧruldum kan içinde) I La sangre filtraba de las bocas de los reporteros desbordaba la pantalla y llegaba a mi mesa comenzaba un fuego cruzado en mi cerebro como si fuera un soldado muerto de un empobrecido país me desmayaba en una esquina de la casa y tomaba sin parar porque el mundo estaba hecho sangre El viento sangriento sofocaba mis sueños las palabras sangraban mi lengua al pronunciarlas de repente cada canción que tarareaba se convertía en un llanto mundanal me servía balas en el platillo de entremés cristales rotos crujiendo en mis venas sangraba sin parar Agencias noticieras en los frentes de guerra los diarios con ocho columnas de sangre mis tímpanos cercados de sirenas no podía ver el mundo por debajo del día la sangre mareaba por esta razón estaba manchado de aguardiente por dentro y por afuera destilaba mi sangre con alcohol Estaba en un laberinto cuyas salidas se abrían a la sangre palabras sangrientas se detenían desesperadamente en la punta de mis labios cada vez que recogía un libro, las líneas se subrayaban con sangre si escribía una carta de amor a mi amante mi bolígrafo escribía sangre mi amante en sangre, felicidad en sangre, el mundo en sangre II Los asesinatos con y sin rostros agarrados de mano bailaban sobre el globo de la tierra la historia se escribía por los saqueos los mapas se dibujaban con sangre La sangre era abundante en los países marginados del mundo en cada rezo de lluvia caían aguaceros de sangre sangraba desde lo más azul el cielo bajo fuego antiaéreo sorbía en la sombra de los tanques lo que era sangre en mi copa En la punta del palo de golf el destino del planeta se basaba en tres barriles de petróleo o en tres punto cinco dólares mientras los bonos de sangre perdían valor en las bolsas les chupaban la sangre a los bebés bajo bloqueos mi corazón fue un bebé apuñalado por la espalda donde dejé el Medio Oriente y África Eran unas máscaras mientras los perros de la guerra vomitaban balas en sus labios sangre, pus y óxido con sus copas elegantes frente a la pantalla calculaban sus pérdidas-ganancias guerra en directo entre partidos de fútbol, anuncios de coca cola y perfumes habían perdido la moral no sé en qué jugada tomaban el deshonor de sus hazañas sangrientas mi mente era limitada para entender todo la sangre se me congelaba en las venas III Cultivo rabia en mí la llevo hacia el cañón del fusil rompo los embargos y los bloqueos la envío a los pueblos humildes IV Me digo que acaben estas guerras que este mundo se salve de la tormenta de sangre que los niños no mueran que yo deje de tomar que crezcan flores para cada estación cómo sería cómo una granada cuyo alfiler se quita viene y se siente en mi garganta no puedo llorar no puedo vomitar V No quería estar consciente en un mundo dentro de un recipiente de sangre tomaba sin parar era un poeta pobre en ese entonces y por esta razón me avergonzaba ser poeta todo lo que escribía parecían poemas malhumorados ante lo que se vivía tanto había tardado tanto ningún verso mío podía enfrentar una bomba tampoco se hacía albergue para las víctimas de guerras injustas todos mis expedientes de poesía bañados de sangre porque el mundo estaba hecho sangre VI El mundo sigue estando hecho sangre pero yo no tomo más tejí un cintillo de los llantos envolví las heridas sangrientas del mundo tomé una decisión de hoy en adelante escribiré poemas valientes voy a meter un palo para desbaratar el orden de estos desordenados si no, no podría aguantar más un día explotará mi corazón y sé que no les van a desfallecer las manos con que cargan esas elegantes copas Traducción: Berna Talun/ Dannybal Reyes Umbria

Giselle Lucía Navarro (Cuba, 1995) Poeta, narradora y diseñadora. Es licenciada en Diseño Industrial por el Instituto Superior de Diseño de la Universidad de La Habana y egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Profesora de la Academia de Etnografía de la Asociación Canaria de Cuba. Dirige el Grupo Literario Silvestre de Balboa. Ha obtenido diversos reconocimientos entre los que destacan el Premio Edad de Oro 2018, el Pinos Nuevos 2019 y el David de Poesía 2019 que otorga la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Ha recibido menciones en los concursos internacionales Ángel Gavinet (Finlandia, 2012), Poemas al Mar (Puerto Rico, 2012) y Nósside (Italia, 2019). Ha publicado Contrapeso (Colección Sur Editores, 2019), El circo de los asombros y ¿Qué nombre tiene tu casa? (Editorial Gente Nueva, 2019). Textos suyos han sido traducidos al inglés, francés e italiano, y publicados en antologías y revistas de Cuba, España, Chile, Perú, Estados Unidos, México, Finlandia, Venezuela, Argentina, Puerto Rico, Italia, India y Bélgica.