por Andrea Rivas
Sin nombre
Como cualquiera, busco un lugar en el mundo.
No el lugar señalado, el de los otros
el dispuesto desde siempre para alguien como yo
sino uno nuevo que inaugure una tradición propia.
En principio hurgo en las calles
como ciega toco las paredes, los árboles, los perros
camino las grandes avenidas, los callejones
evito todo aquello a lo que no quisiera parecerme
huelo los perfumes, la mierda en los basureros
miro a las ratas, las palomas cagando la catedral
las flores que se abren, el sinfín de estanterías.
Subo a un transporte ¿a dónde? Qué importa a dónde
a algún lugar que me diga tú eres
—Degli Uffizi abre sus puertas a mis ojos
Venus, Medusa, las alas rotas de Leonardo
nadie tiene un trozo de barro, tintura o metal
que pueda dirigirme.
Una mujer de grandes ojos de tierra pasa
y pasan los niños, los ancianos, nadie
hace eco en mi memoria ni me recuerda al futuro que me urge
sube otra mujer a una vespa, enciende un cigarro
su vestido cae prolongación del mundo
habita al mundo con su boca torcida
crean al mundo los ojos sombreados
el negro cabello definitivo y mi mirada la sigue
mientras da vuelta en un rugido de motor
que reverbera en las piedras y reverbera en mi memoria
y viaja en el tiempo para hacerse oír por los antiguos
y para hacerse oír hoy en el dejo de mis manos.
¿Habrá alguien en quien reverberen mis pasos?
Torpes, lentos pasos cayendo sin rumbo
¿o mis palabras? Me dije sublime cuando era joven
hoy recuerdo el extravío en conciertos de rock
deseando ser otra, una bestia de luces
enfrascada en la gran tragedia de mis versos
should I speak? quizá ladrando tengan sentido
los adjetivos que entonces…
Viví disfraces de sirena, de todopoderosa diosa ingobernable
asumí la postura de quien tiene, quien ha ganado
pero en la intimidad de las horas que nadie ve
he sido solo una maqueta de lo imposible.
Como cualquiera, busco un lugar en el mundo.
Reviso, reparo, renuncio a las palabras. Conduzco
el incendio controlado de lo que no debería ser
—pero he sido, soy y seguiré siendo, ¿para qué la lucha?
¿Ahí es? Una gran marcha insiste en mi libertad
y la sigo y compro los ideales al dos por uno y sufro
verdaderamente sufro por los derechos de todos los que no son yo
me convierto en otra, reevalúo el asco, el insensato sabor
de seguir buscando cuando ahí, donde todos despiertan
hay escasez de puños que sepan sufrir como sé hacerlo.
Pero no sé luchar. Hay en mi mente un vacío inexplicable
un desorden infinito de imágenes deshechas:
un árbol hecho de pájaros que al levantar el vuelo
dejan desnudo al paisaje.
La libertad es un árbol que se deshace en alas.
Un rostro tallado en piedra abriendo su vasta y fría boca
para recibir todos los pecados del mundo.
El pecho que me recibió una noche
la quemadura en el pecho, el colmillo en el pecho
el pecho que me traga y me abrasa
hasta arrancarme el nombre.
Sin mi nombre no soy nada, ¿a dónde puedo ir
ahora que no tengo nombre? Un boleto
gracias, ¿nombre?
Ahí, ferviente, en la etapa primera, en el llanto original
espero que alguien decida quién seré. De nuevo.
TRAICIÓN A GINSBERG
1 Pie de página a Holly Gollightly
Para Holly (y todas las demás, reales o imaginarias):
que también tú encuentres un lugar
al que puedas llamar tuyo
Flanqueado de macetas con flores y enmarcado por limpios visillos de encaje, le
encontré sentado en la ventana de una habitación de aspecto caldeado: me pregunté
cuál era su nombre, porque seguro ahora ya lo tenía, seguro que había llegado a un
sitio que podía considerar como su hogar. Y, sea lo que sea, tanto si se trata de una
choza africana como de cualquier otra cosa, confío en que también Holly lo haya
encontrado
Truman Capote
Desayuno en Tiffany’s
Holly! Holly! Holly! Holly! Holly! Holly! Holly! Holly! Holly! Holly! Holly! Holly! Holly!
Holly! Holly!
El mundo es Holly! El alma es Holly! La piel es Holly! El aire es Holly! Lengua y
vulva y mano y culo Holly!
Todo eres Holly! Todos tuyos Holly! Todo es tuyo Holly! Día tras día eres eterna!
Cada mujer es un ángel!
Tus nalgas Holly como un serafín! Demente Holly! Y tú mi alma Holly!
Las palabras Holly, el poema Holly, Holly la voz, quien me oye Holly, el éxtasis
es Holly!
Holly Olga, Holly Bovary, Holly Varela, Holly Anna Holly Virginia, Holly Alejandra,
Holly Andrea, Holly Golightly: Holly las desconocidas hartas y sufrientes
mendigas, Holly (también) las insoportables musas humanas.
Holly: mi padre en el cementerio! Holly la vulva de las monjas del claustro!
Holly el rugir del arpa! Holly el apocalipsis! Las bandas de rock marihuana
hípsters & paz & mierda & bam!
Holly la soledad del cielo y el pavimento! Holly las cafeterías reventando! Holly
los ríos misteriosos de lágrimas bajo las calles!
Holly la Madre Solitaria! Holly el inmenso rebaño burgués! Holly las cabras locas
en rebelión! Quien urde en la casa ES la casa!
Holly los bares Holly hoteles Holly moteles Holly las salas Holly los cuartos Holly
las calles Holly estaciones!
Holly el tiempo en la eterna Holly la eterna en el tiempo Holly la hora Holly el
espacio el cuarto universo!
Holly el océano Holly el desierto Holly los rieles Holly se mueve Holly envisiona
Holly alucina Holly milagro Holly tus ojos Holly el abismo!
Holly infinita! piedad! misericordia! fe! Holly! somos! cuerpos! sufriendo!
magnánimos!
Holly la paranormal luminosa aguda bondad de tu alma!
México, 2019

Andrea Rivas (1991). Poeta, traductora y profesora. Maestra en Literatura Hispanoamericana. Es autora del libro Pertenecerme entera (Círculo de Poesía Ediciones, 2020). Recibió el Premio Punto de Partida de la UNAM (2017), así mismo fue reconocida con el Boao International Poetry Award (2019) y fue nombrada Silver Poet por la Asociación de Escritores de Beijing (2018). En 2019 fue becaria PECDA y en 2018 fue becaria INTERFAZ-ISSSTE. Su poesía ha sido traducida al chino, árabe, italiano e inglés.