por Déborah Ruiz Cedeño
Ahí estaba, en un lugar donde sólo habita la luz. Un pedazo de tierra, rodeado sólo de mares. Una isla tan al sur, tan llena de frío; y me preguntaba, ahí, diminuta, rodeada de nada, porqué antes creía que la soledad sólo le pertenecía a la noche. Ese sol inacabable, me engañaba con sus horas. Parecía un atardecer infinito. Todavía me parece difícil definir en dónde empieza el día y en dónde acaba. Aunque había tanta claridad en la mirada, todo pensamiento era borroso, era llevado a rastras por el viento. La oscuridad sólo entraba al cerrar los ojos. Ahora, todo lo que parecía eterno e inmenso, queda como una gota de sombra en los recuerdos.
Y ahí estará alguien, en un lugar donde sólo habita la nada.
***
Cuando pienso en C siento que mi cuerpo se vuelve de arena, que unas manos gigantes y protectoras pretenden no dejarme ir sin cumplir su cometido. Me voy deshaciendo hasta que me disperso con ayuda del aire, sin fuerza para poder ser sólida, nuevamente. No me brotaron alas, ni caí, me enredé en una cuerda hecha con palabras.
En tu río llevas mis
flores
Entre tus manos, mis
plumas.
***
RITUAL
Lloraba. Gruesas lágrimas se deslizaban por su rostro hasta tocar el suelo. Tirada, acariciaba la tierra con sus dedos, clavaba las uñas.
Sentada, se mecía hacia un lado y hacia otro, hacia adelante y hacia atrás, daba vueltas la cabeza, la sacudía. Se tomaba el cabello, tapaba sus ojos. Seguía llorando.
De pie, sacaba flores de sus bolsillos, las lanzaba al suelo, se mezclaban con las lágrimas, las pisaba. Uno… dos… Cada vez más rápido, uno, dos, uno, dos. Más rápido undosundosundosundos. Subía los brazos, los bajaba. Su cabellera despeinada, sus uñas negras. Su rostro húmedo.
Él la veía. Hizo llover.
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Déborah Ruiz Cedeño, México, 1995. Viajera, bailarina egresada del INBAL y estudiante de la licenciatura en Letras Hispánicas, UAM-Iztapalapa, donde realizó una planeación de taller para la transducción literaria: de las letras a la danza. En el 2018, becaria de movilidad internacional en la carrera Pedagogía en lenguaje y comunicación de la Universidad Austral de Chile. Participante en el CEEECIL XX como ponente con «La Quintrala y el imaginario del mal», ganadora del segundo lugar de poesía en dicho congreso.