por Terezie Pavlátová
Vivimos en una época desnuda. No hay pocos anuncios que a primera vista atraen la atención por las mujeres semidesnudas. Por los hombres están apreciadas aquellas chicas que llevan minifaldas y shorts tan cortos que casi no cubren nada y camisas o camisetas cuyo papel principal es provocar. No es una cuestión solamente de las prendas cortas sino también de los estampados, extravagancia en lo que se trata del corte tanto de la ropa como del pelo y así podríamos continuar. Todo lleva a estos propósitos – ser visto, ser interesante, estar presente en los debates de la gente y pensar que yo soy original. ¿Pero no se trata de un error? ¿No es al revés? ¿Qué refleja su vestimenta? ¿Es el deseo de ser más moderno/moderna, llamar la atención por lo cuanto estoy extraño/extraña? ¿No son estas razones demasiado egoístas y absolutamente corrientes? ¿No es mejor a través del vestido y nuestro comportamiento manifestar unos valores más profundos? La vestimenta puede ser más que una tela trabajada, ella puede ser el instrumento que sirve para expresar la resistencia a la miopía de las tendencias de moda y para estimular la paciencia, la disciplina, la curiosidad y el respeto a la naturaleza y al trabajo humano. Si se nos facilita todo inmediatamente, nunca podemos alcanzar estos valores auténticamente.
¿Por qué con el lapso del tiempo en nuestro mundo estamos encontrándonos más y más con el anhelo de ser omnipotente y omnisapiente? ¿Por qué preferimos presumir de ser capaces de todo a decir: “Sinceramente, tengo miedo, no lo haría, pienso que es peligroso.” o “Lo siento, no lo sé hacer”? ¿Por qué aquellos que son capaces de decir estas frases están considerados por los menospreciados? La razón es que cuanto más desnudamos nuestros cuerpos tanto menos soportamos la visibilidad de nuestras incapacidades y quizás por eso reemplacemos nuestras incapacidades por la desnudez corporal. Si lo pensamos bien, tal vez lleguemos a saber que estas personas que no tienen miedo de decir que no quieren hacer algo porque resulta peligroso o deshonesto son hombres de valor porque son francos a ellos mismos, a la gente y de tal manera viven su vida, su vida real, son ellos mismos. Por otro lado, aquellos que presumen siempre desempeñan un rol, un papel que les guste a otros y que los mantenga en una ilusión de ser omnipotentes y omnisapientes. Este párrafo no debe desmotivar o apoyar el miedo, la pereza o impedir el anhelo por experimentar nuevas cosas, lo dicho debe estimular a pensar sobre la razón por qué queremos parecer invencibles y también calmar estas tendencias.
Pues vayamos incitar la humildad, el secreto y el pudor. El objetivo de este texto no es moralizar sino que estimular a reflexionar los días, nuestros pensamientos, nuestras relaciones y el estado de nuestra ánima. Qué la moda, el comportamiento y el pensamiento creen un espacio para el secreto, algo cubierto, algo que no se nota a primera vista. Qué todo el mundo comprenda que esperar, superar varios obstáculos y luchar por lo que tiene valor es más que poseer algo o a alguien inmediatamente, ser llevado por la pasión y por el anhelo por la opulencia el éxito social.

Terezie Pavlátová es traductora y profesora del español checa. La decisión clave de estudiar el español llegó a sus quince años. Es diplomada en los estudios de la filología y la literatura españolas que estudió en la Universidad de Masaryk en Brno. Su fervor por español lo fomentó también la práctica en La Alhambra, un monumento impresionante de Granada.