La poética de Ada Mondès

por Giselle Lucía Navarro

Hace un año, en el Encuentro de Poetas y Cantores que se celebra en Bejucal, la escuché recitar por primera vez. Su voz, entre las palabras en francés y español, junto a los fragmentos de una canción rusa, hacía que el poema vibrase. Unos minutos después me obsequiaría un ejemplar del plaquette Cruzar/Croiser y conversaríamos. Esa fue mi primer acercamiento a la poesía de esta mujer, a la que siempre acompañaban las flores rojas prendidas al cabello y los modos femeninos de poseer la palabra en cada uno de sus sentidos creativos.

Ada Mondès nació en Hyères, Francia, en 1990. Es poeta y traductora (español-francés), publicó su primer poemario Les Témoins – Los Testigos con las Editoriales Villa-Cisneros (2017), seguido por Cruzar/Croiser (Encres Vives, 2018), en el marco de una residencia con la Alianza Francesa de Quito, Ecuador. Desde Nueva-Zelanda hasta Cuba, pasando por Marruecos, Colombia, Honduras o Bielorrusia, participó en varios festivales internacionales de poesía alrededor del mundo; se encuentran sus textos en diversas revistas y antologías, tanto en español como en francés: Ærea [12, Santiago de Chile], Lámparas [Puerto Rico], La Lettre sous le Bruit [25, 40, 46, 47], Recours au poème [mai 2018], Levure littéraire [14], Teste [31, 35, 37], Cauce [Cuba, 2019], Terre à Ciel [Voix du Monde, 2019]), Terres de Femmes, La Volée [17, 18]), Phoenix.

Después de la traducción al español de Gérardmer, poema para tres voces (francés-alemán-español) de Albertine Benedetto publicado en las Editoriales PVST? (Niza) y La Cartonera (Cuernavaca, México), repite la experiencia con la segunda edición de Alma Mater, de la misma autora y mima editorial francesa. Su poemario La Casa Miseria y otros poemas se publica con las Editoriales La Chifurnia en El Salvador. También conduce talleres de lectura y escritura y presenta sus textos poéticos bajo la forma de espectáculos en todo tipo de contexto (teatro a domicilio, escolar, centro cultural, etc.): Écrire Debout y Paisajes cubanos con lluvia–Paysages cubains avec pluie (del poemario epónimo publicado por les Ed. du Petit Véhicule, Francia 2020) circulan entonces como perfomances políglotas y nómadas. Invitada del Fiestival de las editoriales Maelström  (Bélgica) en octubre, se presentará su poemario políglota le Droit à la Parole – El Derecho a la Palabra y estrenará su performance X cantos del desarraigo.

Su poesía nace del viaje, y su viaje nace de la poesía. Cada verso podría ser un retrato del pasado, las experiencias, el camino que recorrieron sus pies, pero también podrían ser la víspera del futuro, del nuevo desplazamiento.

Sensualidad, amor, búsqueda, contemplación, paisajes, escenas cotidianas, dispersas, familiares, íntimas o ajenas, el periplo de la palabra en cada extensión y latitud donde la poeta hace de la tierra su hogar, son algunos de los matices que dialogan en su poesía.

De forma clara, sencilla, con un tono fresco y personal, su palabra viaja del francés al español, se corrige y reinventa de un idioma a otro, se nutre de la escena y lo corporal para llegar al espectador. Es una palabra viva y libre, como la mujer que la construye.


Retrato

La luna preñada de estrellas sobre la montaña hasta en los barrancos donde se echaban cadáveres. En la terraza yace una silla de madera, balcón de hormigón, ventana sobre el vacío y bailan unos peces en su jaula marina, dando golpes en el mundo de vidrio, con incomprensión. El humo de cigarrillos e incienso se estira hacia los cuadros, con pereza viene a manchar la vida sobre las paredes, la viga de madera en el techo blanco, mi presencia extranjera. Velas y espejos reenvían una silueta incierta. Desollados, más allá de las imágenes, estos lugares de arte, de perfección.
Tu mirada sobre las letras ciegas cuando te escribo en francés.
Una cinta sobre los ojos – el pudor del deseo.

                                    Yo como un pez bailo en tu idioma.

*

Portrait

La lune grosse d’étoiles sur la montagne et jusque dans les ravins où on jetait des cadavres. Sur la terrasse gît une chaise en bois, balcon de béton, fenêtre sur le vide et dansent quelques poissons dans leur cage marine, butant contre le monde de verre, avec incompréhension. La fumée de cigarettes et d’encens s’étire vers les tableaux, avec paresse, vient sur les murs imprégner la vie, la poutre au plafond blanc, ma présence étrangère. Bougies et miroirs renvoient une silhouette incertaine. Écorchés, au-delà des images, ces lieux d’art, de perfection.
Ton regard sur les lettres aveugles quand je t’écris en français.
Un bandeau sur les yeux – la pudeur du désir.

Moi, comme un poisson, je danse dans ta langue.


Kurdistán

Afrín

para Hussein Habasch

Nunca he ido a Afrín
Kurdistán parecía
otro nombre sólido del mapa
que terminó buscando mi mirada extranjera
― encontré un par de zapatos
huérfanos entre rocas y ruinas
paredes tumbadas
llenaban el paisaje de soledad
 
sin esos objetos sólo hubiera visto
un paisaje desolado
pero aquí estaban
el invisible cuerpo – la casa inconsolable
y su abandono llamaba en voz baja
 
hoy es otro domingo de guerra
mi llanto humilde cruza fronteras
hacia mujeres y hombres
en lucha por una tierra prometida
una mano alzada para detener los tanques
la muerte Medusa y su canción de disparos
mientras tengo el lujo del blues
dejar que me abrace el agua caliente
antes del olvido en el sueño
 
levántate
Poeta
levántate
la palabra es la única bandera
lo que se derrama es tu sangre
se siegan tus voces en los campos de la barbarie
 
me hablan de territorios
dicen geopolítica
dicen raza
dicen diferencia
y cumple la luna sus mismos ciclos
arriba de la mujer que ya no tiene un grito
el niño nunca adulto y el adolescente nunca viejo
Yo no nací para esto
No nacimos para esto
todos olvidan esto
y matan a sus hijos
que tanto se parecen
que nunca reconocen
 
si se pudiera medir el grado
de dignidad humana en el cuerpo
con cuánto nacimos y cuánto nos queda
si se pudiera pesar nuestra carga de violencia
extraerla como muela enferma
almas cariadas almas laceradas
del Hombre por el Hombre
 
soy quien cree que el mundo
es materia para la belleza
y por un instante
la flor es posible
el sol ceba las frutas
de pieles doradas
el mar es una voz apacible
el viento una caricia sobre la tierra
que me vio nacer
 
pero se abrió la tierra
se emparedan los hombres                                   
y derribados los olivos
y sus gritos son el ruido blanco del mundo
me duele la paloma del niño Picasso
me duele hasta el ser humano
que busca refugio en mi lengua
 
al pie de una pared derrumbada
mira
donde yacía un par de zapatos
se levanta el poema

*

Afrin

à Hussein Habasch

Je ne suis jamais allée à Afrin
le Kurdistan paraissait
un autre nom solide du planisphère
dont mon regard étranger s'est mis en quête
– j'ai trouvé une paire de chaussures
orphelines entre roches et ruines
des murs démolis
emplissaient la terre de solitude
 
sans ces objets je n'aurais vu
qu'un paysage désolé
mais ils étaient ici
le corps invisible – la maison inconsolable
leur abandon appelait à voix basse
 
aujourd'hui est un autre jour de guerre
ma plainte traverse les frontières
vers des femmes et des hommes
en lutte pour une terre promise
une main levée pour arrêter les tanks
la mort Méduse et sa chanson de balles sifflantes
tandis que j'ai le luxe du blues
pleurer – laisser l'eau chaude m'enlacer
avant l'oubli dans le sommeil
 
Debout
Poète
debout
la parole est l’unique drapeau
c'est ton sang qui se verse
tes voix que l'on fauche dans les champs barbares
 
ils me parlent de territoires
ils disent géopolitique
ils disent race
ils disent différence
la lune exécute ses mêmes cycles
au-dessus de la femme qui n’a plus un cri
l'adolescent jamais adulte et l'enfant jamais vieux
Je ne suis pas née pour cela
Nous ne sommes pas nés pour cela
tous oublient cela
ils tuent leurs fils
qui se ressemblent tant
que jamais ils ne les reconnaissent
 
si l'on pouvait mesurer le degré
de dignité humaine dans le corps
à la naissance et combien nous reste
si l'on pouvait calculer notre poids de violence
l'extraire comme une dent malade
âmes cariées âmes lacérées
de l'Homme par l'Homme
 
je suis de ceux qui croient
que le monde est matière à beauté
et pour un instant
la fleur est possible
le soleil gorge les peaux
comme des fruits d'or
la mer est une voix sereine
le vent une caresse
sur la terre qui m'a vue naître
 
mais la terre s'est ouverte
les hommes s'emmurent
les oliviers abattus
et leurs cris sont le bruit blanc du monde
j'ai mal à la colombe de l'enfant Picasso
mal jusque dans l'être humain
qui cherche refuge dans ma langue
 
 
au pied des ruines
regarde
là où gisait une paire de chaussures
se lève le poème

Buenos Aires

Loco, loco, loco
cuando anochece en tu porteña soledad
por la ribera de tu sabana vendré
con un poema y un trombón
a desvelarte el corazón
Balada para un loco, Piazzolla.

Plaza Dorrego. Nadie baila porque llovizna. Llueven rosas del Inca y San Telmo remeda un Montmarte otoñal. En el Mercado cubierto, los curiosos caminan siglos al revés entre pilas de platos patinados, zapatos impares, antiguos mapamundis con geografías inéditas, ropa de cortes excéntricos, minúsculas cucharas de platería oxidada, mil libros moteados y baúles rebosantes de lóbrega joyería, todo tiene perfume de vino cocinado y flores desgastadas. En el polvo, unas huellas de los reyes despojados de aquellos fútiles tesoros.

Buenos Aires, un vinilo gigante de Gardel ; en la humedad, olores a palo santo, alfajores, máquinas de café italianas, adoquines mojados, asado, tonos grises de agosto, teatros en la calle, mate, clavellinas, pequeños soles de bolsillo, salgo de casa por Arenales, lo de siempre la calle y en vos, todos los deseos que solo saben bajar cabalgan por las avenidas Corrientes, Santa Fe, Maya y la Plaza de las Locas, no ves que va la luna rodando por Callao, hasta lanzarse al agua turbia del Río de la Plata, suicidas de todos los amantes en Puerto Madero – qué cadáveres irán a pescar en el puerto de Montevideo. Ya sé que estoy piantao. La ciudad a tango abierto, el exilio en cinco notas cuando un bandoneón hace su entrada…

*

Plaza Dorrego. Personne ne danse sous la bruine. Il pleut des roses de l’Inca et San Telmo imite Montmartre en automne. Dans les Halles, les chineurs remontent les siècles entre les piles d’assiettes patinées, les chaussures seules, de vieilles mappemondes aux nouvelles géographies, des vêtements aux coupes fantasques, de minuscules cuillères d’argenterie oxydée, mille livres tavelés et les coffres étalent leur morne bijouterie, tout a parfum de vin cuit et de fleurs passées. Dans la poussière quelques empreintes des rois déchus de ces trésors futiles.

Buenos Aires, un vinyle géant de Gardel ; dans l’humidité, les odeurs de palo santo, alfajores, machines à café italiennes, pavé mouillé, asado, grillades, grisaille du mois d’août, théâtres de rue, maté, clavellinas petits œillets comme soleils de poche, salgo de casa por Arenales, lo de siempre la calle y en vos, tous les désirs qui ne savent que descendre cavalent dans les avenues Corrientes, Santa Fe, Mayo et la Place des Folles, no ves que va la luna rodando por Callao, jusqu’à se jeter dans l’eau trouble du Río de la Plata, suicides de tous les amants à Puerto Madero – quels cadavres iront pêcher dans le port de Montevideo. Ya sé que estoy piantao. La ville à tango ouvert, l’exil en cinq notes quand un bandonéon fait son entrée…


Bielorrusia

Desde este rincón del mundo…
ves edificios de ojos derribados
 
desayuno glacial de avena hervida
tabaco barato café en polvo
donde falta de todo un poco
una mosca hizo su reino en el balcón
sus patas dejan senderos de azúcar
 
fumando te acurrucas sobre un balde bocabajo
reduces tu cuerpo a su mínima expresión
a echar más gris en la paleta de gris
entre el cielo humeante y la nieve pisada sin perdón
la blancura nocturna se torna lodo
en los rastros de botas gruesas
quedaron atrapados los sueños del gran desarrollo
el tiempo se detuvo en una vitrina de los años 50
en la serie de televisión donde haces de extra
         ушëл последний трамвай
         [ouchiol passliednié tramvaï]
 
un tango ruso así decía         
       pasó el último tranvía
 
tus deseos descascarados como la pintura del cuartito
cuya puerta calzaste con películas de Tarkovsky

*

Depuis ce coin du monde…
tu vois des immeubles aux yeux abattus
 
petit-déjeuner glacial d’avoine bouillie
tabac bon marché café en poudre
là où tout fait un peu défaut
une mouche a fait du balcon son royaume
ses pattes laissent de petits chemins de sucre
 
tu fumes accroupi sur un seau retourné
tu réduis ton corps à son expression minimale
à distiller plus de gris dans la palette de gris
entre ciel brouillé et neige piétinée sans répit
la blancheur nocturne se change en boue
dans les empreintes de bottes épaisses
les rêves de grand développement sont restés piégés
le temps s’est arrêté dans une vitrine des années 50
dans la série télévisée où tu es figurante
 
            ушëл последний трамвай
            [ouchiol passliednié tramvaï]
 
un tango russe disait comme ça
       le dernier tramway est passé
 
tes désirs écaillés comme la peinture de la chambre
dont la porte tient avec des films de Tarkovsky

Honduras

Caravanas

ochocientos eran esta mañana en el puente
ochocientos como yo y la ruta del exilio
el camino sin vuelta de las caravanas
una palabra que ya no sabe a infancia
– jugábamos a irnos descalzos
 
nos vuelve a encontrar la errancia
a pesar de la piedra y las historias
 
no retengo nada de la vida
sino esos puntitos negros entre párpados medio cerrados
de niña sabía que eran los muertos
 
cierro a mitad los ojos
negro y blanco de las caravanas en hilera
por más que parpadea
murmulla una voz niña
son los muertos de mañana

*

Caravanes

ils étaient huit cents ce matin sur le pont
huit cents comme moi et la route de l’exil
le chemin sans retour des caravanes
un mot qui n’a plus goût d’enfance
– on jouait à partir pieds nus

l’errance nous rattrape
malgré la pierre et les histoires

je ne retiens de la vie
que ces petits points noirs entre paupières mi-closes
enfant je savais que c’étaient les morts

je ferme à demi les yeux
noir et blanc des caravanes en cortège
j’ai beau ciller
une voix minuscule murmure
ce sont les morts de demain

Ecuador

I.

Te pienso en la tabla de madera atravesada cada mañana como puente sobre el exilio en la selva donde llueve como si fuera la lluvia última al cerrar los ojos en el olor a ron añejo y a polvo el agua llenaría la pieza la cama se levanta y va a la deriva en el bosque de café de serpientes y de cacao aún no completamente rojo te escribo desde esta casa que da al vacío que nadie nunca se tomó la molestia terminar mi puerta cayó esta mañana como una cortadura adentro afuera el paisaje sangraba por este marco demasiado blanco mi piel la madera herida se agarra de mi mano una pareja de murciélagos me despierta porque es hora de añoranza te escribo incluso cuando no te escribo te escribo también significa te vuelvo palabras te tomo así a mi antojo te acuesto aquí a menudo es siempre es tu ausencia que me empuja a decir esta vida invisible que reavivo para vos con lo salvaje de creer que uno solo puede amar para dos en el marchito dulzor de flores moribundas te borro en países imaginarios te escribo en el olor a fósforo frotado te grito desde un piso violado por vidas más humildes te escribo hasta que la lluvia por fin invada el cuarto

*

Je pense à toi dans la planche de bois traversée chaque matin comme un pont sur l’exil dans la jungle où il pleut comme pour la toute dernière fois à fermer les yeux dans l’odeur de rhum vieux et de poussière l’eau envahirait la pièce le lit se soulève et part à la dérive dans la forêt de café de serpents et de fèves de cacao pas tout à fait rouges je t’écris depuis cette maison sur le vide que personne n’a jamais pris la peine de terminer ma porte est tombée ce matin comme une coupure dedans dehors le paysage saignait par ce cadre trop blanc ma peau le bois blessé s’accroche à ma main un couple de chauve-souris me réveille parce qu’il est l’heure du manque je t’écris même quand je ne t’écris pas je t’écris cela veut dire aussi je te mets en mots je te prends ainsi à ma guise je te couche ici souvent c’est toujours ton absence qui me pousse à dire cette vie invisible que je ravive pour toi avec la sauvagerie de croire qu’on peut seule aimer pour deux dans la touffeur suave de fleurs finissantes je t’efface dans des pays imaginaires je t’écris dans l’odeur d’allumette craquée je t’écris sur un plancher violé par des vies plus humbles je t’écris jusqu’à ce que la pluie enfin envahisse la chambre


De Le Droit à la Parole – El Derecho a la Palabra, Ed. Maelström, bilingue, Bruxelles, 2020.


En las aldeas, encontrar un rostro de asilo, arrugas hondas orillas de la sonrisa, plumas como tantas llaves para libres cerrojos; un niño travieso salta a carcajadas en los charcos prohibidos, por encima de las murallas de la rutina para asesinar el aburrimiento, un niño sin cara mas mil risas para agotar el clan de las bocas calladas y morder el traje de niebla del olvido.

Cada noche, muñecas pueblan el abandono de Penélope, manos minúsculas con destreza trenzan el silencio – cuando desayuna el sol, a lo lejos se ve subir sus escalas de arena, ardillas de fuego que se apoderan de la oscuridad, sus chillidos tejen un cielo posible para una nueva mañana.

En la penumbra de las visiones salvajes, la niebla es el estandarte de una nave moribunda, donde cristaliza la saliva del tiempo en la espuma, el trueno de las alas infantiles no levanta nada, su grito muy alto lanzado en seguida se deshilacha en lo azul de las edades, abismos que amansa el color.

El tiempo más viejo allí revela su verdadero rostro, viene a morir un poco en el inalterable pasto, viudo de lunas, lunes, lunares, en medio de los suspiros jamás escuchados de la ceiba, la yagruma, la palma real, cuyo destino fue dar sombra a efímeros amantes de una misma sal.

Tropieza el marfil y las fichas de dominó pasean sus ojos de obsidiana entre dedos cansados, números se agregan a las cifras de las horas impías. Pasan penas encorvadas, miserias que sigues con la mirada – animales ambos extraños y familiares. El sudor imprime alas entre los hombros obreros, pasan los días con la lentitud impuesta por la pobreza y el verano permanente.

Unas hojas del árbol vencedor: estrujadas entre manos nunca lisas para escribir los exvotos de una vida entera; masticadas por salivas sibilinas para vestir la desesperanza con inquebrantables profecías.

Vértigos de una semana, un mes, un año – pasado, fulgor del vacío, se cancela el tiempo, descuartizado entre la falta de emergencia y la emergencia constante. Para siempre niños los que nacen viejos; mañana no es otro día y nadie se va. Crecer está negado a los hijos y las hijas de la casa que acoge la vejez de los padres. Unos venderán su alma del campo al pueblo, y del pueblo a otro pueblo de calles más anchas.

*

Dans les hameaux, trouver un visage d’asile, rides rives profondes du sourire, des plumes comme autant de clés pour les serrures libres ; un enfant espiègle saute à gorge pleine dans les mares interdites, au-dessus des murailles de la routine pour assassiner l’ennui, un enfant sans visage mais mille rires pour épuiser le clan des bouches tues et mordre le costume brumeux de l’oubli.

Chaque nuit, des poupées peuplent l’abandon de Pénélope, des mains minuscules tressent habilement le silence – quand le soleil déjeune, on voit grimper au loin leurs échelles de sable, écureuils de feu qui s’emparent de l’obscurité, leurs glapissements tissent un ciel possible pour un nouveau matin.

Dans la pénombre des visions sauvages, la brume est l’étendard d’une nef moribonde, là où la salive du temps cristallise dans l’écume, le tonnerre des ailes enfantines ne fait rien lever, leur cri très haut lancé se défait aussitôt dans le bleu des âges, les abîmes que la couleur apprivoise.

Le temps y est plus vieux, révèle son vrai visage, s’en vient mourir un peu dans l’inaltérable pâturage, veuf de lunes et de lundis, parmi les soupirs jamais écoutés de la ceiba, la yagruma, le palmier royal, dont le destin fut de donner de l’ombre à d’éphémères amants d’un même sel.

L’ivoire trébuche et les dominos promènent leurs yeux d’obsidienne entre des doigts fatigués, des numéros s’ajoutent aux chiffres des heures impies. Passent des chagrins voûtés, des misères que tu suis du regard – animaux à la fois étranges et familiers. La sueur imprime des ailes entre les épaules ouvrières, les jours passent avec la lenteur qu’imposent la pauvreté et l’été permanents.

Quelques feuilles de l’arbre vainqueur : froissées entre des mains jamais lissespour écrire les ex-votos d’une vie entière ; mastiquées par des salives sibyllines pour habiller le désespoir d’inébranlables prophéties.

Vertiges d’une semaine, un mois, une année – passé, fulgurance du vide, le temps s’annule, écartelé entre manque d’urgence et urgence constante. Ceux qui naissent vieux sont pour toujours enfants ; demain n’est pas un autre jour et personne ne s’en va. Grandir est refusé aux fils et aux filles dans la maison qui accueille la vieillesse des parents. Certains vendront leur âme du champ au village et du village à un autre village aux rues plus larges.

*

De Paysages cubains avec pluie – Paisajes cubanos con lluvia, Ed. Le Petit Véhicule, bilingue France, 2020.


Giselle Lucía Navarro (Cuba, 1995) Poeta, narradora y diseñadora. Es licenciada en Diseño Industrial por el Instituto Superior de Diseño de la Universidad de La Habana y egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Profesora de la Academia de Etnografía de la Asociación Canaria de Cuba. Dirige el Grupo Literario Silvestre de Balboa. Ha obtenido diversos reconocimientos entre los que destacan el Premio Edad de Oro 2018, el Pinos Nuevos 2019 y el David de Poesía 2019 que otorga la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Ha recibido menciones en los concursos internacionales Ángel Gavinet (Finlandia, 2012), Poemas al Mar (Puerto Rico, 2012) y Nósside (Italia, 2019). Ha publicado Contrapeso (Colección Sur Editores, 2019), El circo de los asombros y ¿Qué nombre tiene tu casa? (Editorial Gente Nueva, 2019). Textos suyos han sido traducidos al inglés, francés e italiano, y publicados en antologías y revistas de Cuba, España, Chile, Perú, Estados Unidos, México, Finlandia, Venezuela, Argentina, Puerto Rico, Italia, India y Bélgica.

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