Por Evelyn Mazón
La cocina
Escenario donde los puntos suspensivos cuelgan en tu pelo, la mañana tiene olor a café que se funde en pan tostado. Mezclado con humo nacido a través de un son, encarnado en caderas que recuerdan al vaivén de las olas. Entre frases interrumpidas por un beso, va acurrucado algún “te quiero”, la iluminación artificial abraza la curiosidad del sol. Hay fruta esparcida, igual que un cuadro de Pollock, semillas a punto de parir en el frasco junto a la ventana. Una mariposa succiona los retazos de miel, tímida como las arrugas de tus manos frías. El viento invita a bailar a las páginas del cuaderno, ese que rescata palabras extraídas de los sueños. Una torre de cajas quiere derrumbarse, son historias caducadas y migajas escondidas bajo el tapete.
Canción para el verano
Tramposa como una rima que se asusta, asustado en la nada de tu risa. Rizados los cabellos bamboleando el alma, alma extinta como la verdad misma. Misma la quietud del otro día, día sin aciertos ni fantasías. Fantasías que te conocen mejor, mejor sería acabar con el verano hoy.
Autobús que mira al transeúnte
Escondido, en el rincón de tus pupilas Quieto, como los vagones rojos. Espero, en lo profundo de tu alma Sin prisa, puedo resucitar. Varado, en la última estación del año Con el viento, celebrando mi partida. Cansado, pero listo para huir Abandonado, Existiendo en el basurero sur.

Escritora de rompecabezas oníricos, recolecta ideas que se gestan en el subconsciente y
quieren nacer al mundo terrenal. Es Licenciada en Comunicación Audiovisual, estudió en la
Universidad del Claustro de Sor Juana. Su trabajo aparece en medios digitales como la revista
Vibras, donde actualmente escribe, en publicaciones impresas como Letramía y en el
periódico El Universal, donde publicó entrevistas, reseñas de cultura y música. Este año
(2020), su cuento “Umbral de madera” fue elegido para formar parte de la tercera edición de
la antología de Escritoras Mexicanas.