Cadena perpetua y otros poemas de Whigman Montoya Deler

por Whigman Montoya Deler


Campo de batalla

La falange fue mi estrategia para enamorarte.
Una macedonia de frutas y tu pecho en mi sarisa
como herida de Eros sangrada en los Balcanes.

Tú de lejos me lanzabas piedras y flechas.
Yo era entonces una ciudad fortificada
a punto del desplome.

La tensión disparaba todas tus catapultas
y entraste violentamente por mis poros.
Yo, aquella misma tarde, quemé mis naves
y todos mis papiros bajo el calor volcánico
de la Biblioteca de Alejandría.

*

Cadena perpetua

Él quería ser un amante estable.
Era como un iceberg caribeño
llevado por la ola
y se fue a Laponia
más allá de los árboles árticos
donde el sol y la noche permanecen
donde todo el día es día o noche
inalterable.
Él ya había hecho su nido de especias
y empollaba su huevo
pero se dio cuenta de que el ave fénix
también revolotea como aurora boreal
en las llanuras de Laponia.

 Poemas de El oscuro bosque de mis manos, 2019 Ediciones Laponia.


Punica granatum

Un nombre de fruta pudiera ser algo trivial
pero cuando se llama granada
y has ido a la guerra
además, fue en una minúscula isla del Caribe
entonces odias a la fruta por su nombre.
El tío Tomás tiene muy claro
los recuerdos del combate
aún están en su cabeza
las astillas después de la mordida.
La granada es una fruta escasa en nuestros
                                      /campos
esto ayuda un poco al tío Tomás a lidiar con
                                      /su odio
aun así
él se pregunta:
por qué amargarse con algo que no te
                                /pertenece.
por qué no culpar al cundeamor
que nos enreda
e igual mancha las manos de rojo.

*

El zarcillo

El abuelo se hizo joven poniendo cercas
entre un campo y otro
entre dos casas
entre él y los otros
entre él y las mujeres del pueblo.
A veces era acorralado por muchachas espinas.
Él era bello y delicado cual zarcillo.
La abuela, una mujer tan segura
como una valla de esas que el abuelo fijaba
no lo dejó escapar.
Él, que siempre fue tan bueno juntando
postes en las cercas
no pudo mantener en pie su matrimonio.
Había levantado hacía sí su enredadera
semejante al zarcillo en la valla.
El abuelo, que dejó de poner cercas
limpió la suya.

*

La última cena

Cuscuta americana.
Maraña de tallos finos,
penetrante hasta los tuétanos.

Cuando la carne del sacrificio
esté por llegar a nuestras mesas.
Cuando ya nuestra carne no sea más
el martirio demandado por otras lenguas
que son como cuchillos
en nuestras manos
clavadas
por el ateísmo de los panes y los peces.
Cuando hayamos abierto las gavetas
y emane la renuncia
el deje a tenedor
a óxido en nuestras bocas.
Entonces
veremos a nuestros nietos
amolando los cuchillos
afilándose los dientes
y nosotros
con ese sabor amargo
de no haber cortado la mano
del ladrón con tridente.

Poemas de Nudo gordiano, 2021, Ediciones Laponia.


Whigman Montoya Deler. Santiago de Cuba, Cuba, 1973. Licenciado en Letras por la Universidad de Oriente, Cuba, 2000. Master en Estudios Cubanos y del Caribe, Universidad de Oriente, 2006. Obtuvo una mención en la 16° edición del concurso de Poesía Luisa Pérez de Zambrana en el año 2001. Ha publicado poemas en las revistas digitales “Anuket” “La libélula vaga” “La experiencia de la libertad” “árbol invertido” “Isliada” “Insolente” “otrolunes” y participó en la antología poética “Impertinencia de las dípteras. Antología poética sobre la mosca” por Ediciones Exodus. Es editor y miembro directivo de Ediciones Laponia, LLC Houston, Texas.

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