I
Había hormigas en tu cuerpo,
observé el camino tembloroso
por el que se dirigía una de ellas.
No entendía por qué corrían por todo tu cuerpo
si aún estabas vivo. Con delicadeza las aparté
de tu rostro y piernas y una vez en mis manos
las maté con tanta ira.
Las maté en un instante y yo estaba muriendo igual que ellas.
II
A veces creo que la muerte se enamoró
de las mañanas de mi madre y las noches de mi padre,
por eso despierto tan temprano y duermo con sigilo.
La ausencia de sus rostros me ha abrazado durante
las caminatas del pasillo a la cocina, de restar tazas de café para el desayuno
y constatar que ahora hay menos luces encendidas.
La muerte me ha dejado claro que no era a mí a quien buscaba
desde entonces me dedico a cancelar toda clase de manía que desató en mí
ya no siento a la muerte escurriéndose en mi habitación
y no identifico la humedad de su presencia
quizá es que ahora me toca una larga vida.
III
A veces te sueño hundido en el agua
y yo meto mis brazos para sacar tu cuerpo
y extenderlo en la cama
lo conservo por unos días para ver si te recupero
pero la muerte ha hecho en ti un excelente trabajo:
se ha llevado tu calor y la melodía de tu vida…
Es entonces que veo cómo tus ojos han volado,
tus manos ya no pesan y el pulso de tu cuerpo
se convierte en ceniza.
Luego viene la nada a despertarme
sin agua, sin calor, sin tu melodía.

Andrea Broca. Actriz y productora originaria de Coatzacoalcos, Veracruz. Estudió la licenciatura en actuación en la Universidad de Londres. Ha trabajado en proyectos cinematográficos y teatrales enfocados principalmente en la transformación social. Entre ellos destaca su participación en la película “De las muertas” y la producción de la obra de teatro “El juego de la Gorgona” dirigida por Mar López. También ha publicado poesía en Cardenal Revista Literaria , Revista Kametsa y Buenos Aires Poetry.
Entrañable y bello…sentido y melancólico.
Me gustaMe gusta