por Fernando Contreras
//Vuelvo al texto después de 3 días////////////////////////////////////////////////////////
he callado y el estómago se ha vaciado completamente, encuentro divertido el lugar donde me he exiliado////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// Las hormigas están por todas partes, en el agua que bebo, en el pan que he dejado de comer, caminan por las paredes, crean decorativos lineales, no estoy sólo///////////////////////////
////////////////////–¿Recuerdas qué suceso nos afectó? //
La página se interrumpe por la suciedad del lugar donde fue encontrada, es suciedad, no hay rastros de sangre, no hay marcas de fuego, de humedad, simplemente suciedad pura y esto resulta curioso pensarlo porque algo en mí, dentro, dentro del pecho o una vibración nerviosa por las manos, debe ser un latigazo en la cabeza, un hormigueo desde la espalda que me dice: he oído esa frase. Y que tú probablemente antes de ser el ilustre y grandioso, ya lo sabías, todos te alabamos y por eso nos necesitas. Veo dos personas que hablan sobre ti, cada cual le da a tu nombre la entonación que puede, ninguno más allá de su vasta experiencia puede pronunciar como tú ese nombre.
//-Las interrupciones con las cuales te das a notar amigo mío son desesperantes, permite que sea yo quien narre la historia, pues de ambos represento el conocimiento mientras tú sólo vas a mi lado y no debes…-//
Basta con eso para entender que sucede aquí, pues dos hombres debaten y se comunican como si la discusión fuera posible, los idealizas imprudente y sin poder dejar de hacerlo amenos claro que los pases de largo. Podrías confundirte si te digo lo siguiente: Dos personas hablan y mediante el lenguaje construyen suposiciones, hechos en torno a una persona que ellos crearon como superior para explicar los orígenes de su situación. Los hombres visten de mil maneras cada que son leídos y sujetos sólo al tiempo de la lectura del mismo modo que esta voz lo hace. A distancia alguien quizá el yo de esto los narra, pero las formas conscientes de ser narrados narran también al ente que reproduce estas líneas. Las formas geométricas ayudan a la comprensión del punto donde te encuentras, cada cosa que nombras hasta ahora forma parte de una narración que espera, espera por ser reproducida y sólo estar sujeta al tiempo a ese “por”. Ese Yo, que de alguna forma son dos personas sin alguna construcción miran un cuadro, una pintura del siglo XVI, XV, podría haberse pintado ayer y aún pensar que existió toda la vida. El cuadro al igual que estas líneas espera por ser visto y descifrado, a esperado en un muro pintado ¿qué dice la escritura en la pared?
Mira a dos formas humanas y observa que tú sólo un nombre y nada más, es deformado con la conversación y no se pronuncia cómo debía ser, tú lo haces con gran facilidad sin temor en errar en la melodía que forman las uniones silábicas ¡oh los sonidos nos dan vida ¡ahora eres cuando te nombran. En el cuadro aparecen notas hechas a mano, una mano creada para la situación que se presenta en el muro. Sabemos que agudizan los ojos aquellos dos, son simples líneas de un lado al otro, rectas, segmentos, grafías a descifrar sin mayor problema, un signo frente al otro, cada una un sonido así nosotros y lo sabes perfectamente, estamos frente uno del otro para formar algo, un sonido, un hecho, una creencia, un segmento común y corriente dentro de algo que suponemos es verdadero, es nuestro y día a día debemos soportar y ser conscientes que no ganaremos, esos signos los reproduces, para ti tienen sentido. Esas hojas contienen escritos que se leen en tinta negra, seca, casi verdusca sobre el muro:
Vuelvo al texto después de varios días pues no encuentro motivación alguna para continuar esto, se me dirá que el objetivo no puede ser alcanzado en el primer intento, no quiero dar explicaciones. El cerebro espera siempre por ser puesto a prueba, al resolver dificultades, al levantar una mano y tomar una pluma corriente, mirar al otro de frente; he callado y el estómago se ha vaciado completamente, encuentro divertido el lugar donde me he exiliado, donde existe una distancia entre él y yo, entre los que piensan y los que pasan de largo, tuve que alejarme lo suficiente para saber quién contaría esto y ahora sé que esta voz ya no soy yo, me queda la naturaleza, me queda un muro frío, sucio, ese espacio representa el inicio de mi voz, esta voz, tú voz, el muro espera por ser dominado, necesito tanto. Las hormigas están por todas partes, en el agua que bebo, en el pan que he dejado y espera por ser comido, caminan por las paredes, crean decorativos lineales, las miro, inician todas en un punto y siguen en recta, no sé cómo lo hacen sólo crean rectas, los segmentos son los que vemos porque sus cuerpos parecen pequeños puntos que nos indican la distancia. Hoy lo sé gracias a aquellos puntos en la pared: no estoy sólo (interrumpe B de manera abrupta, pero asintiendo la cabeza)
B–¿Recuerdas qué suceso nos afectó? – (mira al suelo con benevolencia, responde A con acento prepotente y sin dejar de levantar la mano derecha con el dedo índice apuntando al cielo)
A- Se me ha encargado escribir la historia, pero, la historia es mía… Ese Yo, que de alguna forma son dos personas sin alguna construcción, miran un cuadro, una pintura del siglo XVI, XV, podría haberse pintado ayer. La escena se encuentra en un muro, ahí quieto espera por ser visto, por ser visto (repite de manera involuntaria con la mirada perdida) por ser visto, por ser visto.
B- Quién narrará la historia, desde luego necesita alguien que conozca datos necesarios para que el lector no se confunda y conozca qué sucede, yo podría hacerlo y después crear un engaño y decir que no lo hago Podrías ser tú desde luego, pero, ya estas ocupado tratando de formular una historia que no llegará jamás. Podríamos llevarlo al drama y utilizar el escenario como un muro donde nos representamos y… ///////////// dónde somos conscientes de…/////// dónde el que nos lee inmóvil, serio y sin titubeos es más pintura o personaje que yo, que tú…//////////
Ellos son conscientes de estar repetidamente sujetos para la pintura, qué solución debo encontrar si saben que estoy fuera, si los veo y no deberían verme, no lo hacen, lo suponen porque son inteligentes, qué autor detrás hace todo este teatro que de alguna forma me incluye, nos incluye, tú sabes que no podría verte a los ojos y decirte que también saben que estas quieto e inmóvil, que piensas ahora piensas en todo esto y reproduces mi papel al leer estas líneas que alguien escribió parece que se rehacen con mencionarlas, quieto, sin titubeos frente a un cuadro escrito en papel, en un muro frío, seco y húmedo, un libro o en aquellas formas que reconoces tuyas. Tú voz, tu nombre impronunciable pues te escondes de mil formas y yo me presento ante ti desnudo, frío y quieto, dame forma, dame un cuerpo una voz, mátame, hazme héroe y hazme villano de una historia. Regrésame al punto donde un hombre fuera de una pintura observa la escena: la conversación entre dos formas humanas ¿dos, tres, cuatro…? mira la pintura como un cuadro que fuera hecho ayer o en el siglo XV o XVI, que miren papeles pintados y nos engañen mientras decidan quién escribe y quién narra. Ahora tú lee esas líneas y eliminame del juego, un juego geométrico de aristas donde los lados son siempre los mismos.
¿Qué lees en la escritura del muro?
//-Las interrupciones con las cuales te das a notar amigo mío son desesperantes, permite que sea yo quien narre la historia, pues de ambos represento el conocimiento mientras tú sólo vas a mi lado y no debes…-//
Repetición, ahora comprendemos, de esto es el tratado y es el objetivo que no puedes alcanzar pues la repetición sería absurda, un infinito de repeticiones por formas finitas, por conciencias finitas, conocimientos finitos. ¿Qué más debería alimentar esto que no termina? Cada párrafo es la continuación de lo que antecede cada hecho y que se repetirá hasta encontrar diferentes formas de ser dicho, de ser pintado, de ser leído. Tú creas cada situación al nombrarla pues la palabra que reproduces es necesaria para que los hechos sucedan, para que estos segmentos sueltos en el muro fueran por un tal “autor” tomen una forma en la que tu creas, creas que existe, así como dos figuras humanas que te crean cómo ser absoluto en este momento ¿qué más se necesita para que repitan ese nombre y nadie erre en el intento? Sólo eso: intentos fallidos para la primera vez, una voz fuera del muro y del hombre que observa la representación de una conversación entre dos figuras humanas sujeta sólo a la espera por ser vista y ser real. Piensas en la geometría y te ayuda, piensa esto como un dibujo: la casa de las escaleras.
////////////////////–¿Recuerdas qué suceso nos afectó? //
¿Han entendido algo después de todo? Las marcas, las huellas, las vistas, las respuestas que darías, que darían, que daría ¿Qué suceso nos afectó? recuerdas cuánto ha pasado sin que vuelvas al texto, a los intentos, piensa en lo que puede y sucede, qué nos sucede a partir de este punto. Sabemos que somos segmentos, ¿Recuerdas qué se lee en la escritura del muro? ¿Quién más nos lee?
[…] A con acento prepotente y sin dejar de levantar la mano derecha con el dedo índice apuntando […]
A- Se me ha encargado escribir la historia, pero, la historia es mía…

Fernando Contreras, CDMX, México 1991. Estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-I), de la licenciatura en Letras Hispánicas. Ha participado en proyectos teatrales, sus intereses en la escritura son la poesía, el teatro y actualmente trabaja con las posibilidades de la narrativa.