Gestión por María Macaya Puro egoísmo Yo no hice ese pacto contigo. No te dije que podías venir y robarme el cuerpo y el tiempo, no. Yo no hice ese pacto contigo. Que podías venir a mi casa poner muebles en mi habitación llenar los rincones con babas para aromar hasta mi piel, hasta unas sábanas con seda blanca, no. Yo no te dije que podías tomar mis cosas, que podías anularme. Que podías robarme la belleza hacer de mí un estropajo sucio. Que podías dejarme en jirones transformarme en modos de materia en fragmentos, en porciones pequeñas para morirme de hambre de ser la que era, no yo no hice un pacto contigo. Nunca dijimos que podías llorar todo el rato y yo nunca, que podías gobernar el imperio de mis tres cosas, solo tres cosas tenía. Arrebatarme las manos robarme el silencio, no, yo no dije que secuestraras mis pechos, que acumularas mis síntomas que borraras mi sexo etéreo. Tú no me dijiste que ibas a implorar blandura de algodón mientras apagas carbones con la boca e intoxicarnos, si es que dormimos, con el humo que dejas. Yo no lo hice, no. Ni siquiera hice un pacto conmigo. Te traje al mundo sin consultarme. Arrancarse los pelos ¿De qué va esto? Hablan de arroz, de biología. Yo marqué cruces en los casilleros a tiempo hice caso a agujas con velocidad de segundero. ¿Y ahora qué? ¿De qué va el cuerpo? Yo barrí mis pelos del baño anoche manipulé el cepillo desde un palo y al darle vuelta para descargarlo me sentí muerta, no vieja: muerta la vida se mostraba enredada en esas cerdas que barrieron. Un campo de venas blanco, sistema nervioso central yo periférica. ¿Entonces cómo? ¿De qué va el resto? Crucé el campo con los dedos, los moví entre las cerdas y por fin tiré, arranqué aquello, eso que todos juntos y enredados, pálidos, glóbulos blancos, parecían formar: un sistema. Yo tan anárquica sin método. ¿Luego qué? ¿De qué va el texto? De pelos con canas que en el cepillo de suelo conforman esta vida otra diferente a la que se esperaba que gestara. Del sistema circulatorio entre las cerdas. ¿Qué queda de mi cuerpo? El arroz era blanco y se pasaba a nadie le gusta que quede espeso. Yo apagué el fuego a tiempo, cené el arroz limpié con sumo esmero el baño. Luego vino el retroceso: perder instinto, paciencia, deseo, el pelo. Mis hijos ajenos No vine a ser madre, vine a tener mil hijos y ninguno es mío; vine a la vendimia a recoger uvas, trabajo temporario, y a brindar con otra cepa cuando haya una ocasión. No vine a escuchar que soy egoísta por no ser madre, ni a que me lo digan mil veces, por cada hijo que tuve; vine a recoger el manto que tapaba un género, trabajo femenino, para vestir a otra generación. Tengo mil hijos y ninguno es mío. Todos mis hijos ajenos me recuerdan que vine a ser madre, trabajo de escritura, y a tacharlo todo, renglón a renglón. H Ahora la casa ha quedado en silencio ahora como esta h intercalada: un silencio que no existe sin el ruido anterior de lo que eres. Ahora te tumbas desentendida y pienso que moriste pero no entro a comprobarlo: podrías despertarte con el ruido de la puerta. Ahora me da pánico que ya no respires pero más pánico que te despiertes. Ahora que ya da igual el pasado ahora es el instante que contiene la letra que no suena. Una de cinco. Las otras cuatro se las reservo al arrepentimiento. Ahora la h mastica los oídos, necesita el silencio; callada como muerta para redimirme. Solo en la h me perdono el presente. *Los textos forman parte de Mis hijas ajenas (Editorial Sloper, 2020)

Florencia del Campo (Buenos Aires, 1982) vive en Madrid desde 2013. Es Editora por la Facultad de Filosofía y Letras (Universidad de Buenos Aires), donde también se formó en la carrera de Letras. Publicó las novelas La huésped (Base Editorial, 2016), Madre mía (Caballo de Troya, 2017) y La versión extranjera (Pretextos, 2019), que fue ganadora del L Premio Internacional de Novela Ciudad de Barbastro. En poesía publicó los libros Mis hijas ajenas, ganador del Premio La Bolsa de Pipas de Editorial Sloper, y Las casas se caen en verano (Graviola, 2022). Ha publicado, además, en antologías de cuentos y de poesía, y en medios digitales.