Gestión por María Macaya Coral mamífera Mi cuerpo es una cafetera que hierve en la madrugada mi piel es de hule y todo sabe a sal como mamífera me arrastro por la playa lloro entre el coral muerto Floto en la laguna del caos. Hay un precipicio en cada paso estoy hundida en ese charco frente a casa. Y ninguna voz me hace despertar de este sueño Crece dentro a cada minuto que respiro como animal nocturno me devora. mi pálpito se duplica Estoy al borde corro y grito en la habitación de mi vientre Se desploma el pájaro desde el árbol gigante Me desangro en el centro de la selva Huyo hacia el fin Vida pasada En mi continente de piel no hay ayeres solo una huella dactilar de la casa de tus manos. Nuestro amor es una criatura no nacida ahora el tacto huele a noche moribunda. Nuestro intento se perdió en la frontera de ilusiones y miedos las caricias están envueltas entre las sábanas asustadas de soledad sólo moran las bucólicas telarañas. Pido a los sueños que renazcan tus labios en mi pubis lunar que germinen mis poros dilatados como frutos caribeños bajo los soles de este amor necesario ungido con olores tropicales. Rezo a las hormigas que trascieguen dulce y jengibre de mis pezones hasta tu boca Haciendo una danza marina en el no tiempo de una vida pasada entre las olas de tu pecho y mi espalda. A Roberto y a nuestro amor necesario Útero del mundo Vibra el corazón de la tierra hasta el pecho del jaguar el grito de las abuelas desprenden el mal del ojo Yemanja cuando alguien renace a la orilla del mar muda de piel es una sirena entre llantos fúnebres ensordece ballenas porque ha perdido a su hijo. Sus pezones son de sal su boca se desmorona sobre los ojos de dios. Abre su vuelo por las noches recorre las corrientes del inconsciente Alcanza en sueños el vuelo de la sombra la muerte es solo el portal de sus entrañas paren la luz en cuclillas frente al útero del mundo. De diásporas Estamos hechas de frutas tropicales de clamores y plegarias nocturnas de plantas que sanan las heridas estamos hechas de intensas músicas de raíces despertando en las caderas de tambores de conjuros marinos de sabores y de espíritus que se alimentan entre cocinas y recorren las costas pariendo pueblos hechos de resistencia. A mis afro hermanas

Kari Obando (1994, Limón, Costa Rica)
Poeta antes que socióloga. Afroactivista, gestora socio cultural del Caribe costarricense.