Poética de Lynda Tavakoli

Traducción al español por María del Castillo Sucerquia

Lynda Tavakoli vive en el condado de Down, Irlanda del Norte, donde facilita clases de
escritura creativa para adultos y es tutora de los premios Seamus Heaney para escuelas. Es
poeta, novelista y periodista independiente. Los escritos de Lynda han sido ampliamente
publicados en el Reino Unido, Irlanda, Estados Unidos y Oriente Medio. Es escritora
colaboradora de The Belfast Telegraph y Slugger O’Toole, y su trabajo ha sido transmitido
en BBC Radio (Pensamiento para el día / Días de nuestras vidas) y RTE1 (El programa de
poesía).

Lynda ha sido ganadora de premios tanto de poesía como de cuento en Listowel, entre
ellos, el Premio Internacional de Poesía Westival, el Concurso Internacional de Poesía
Blackwater y el Concurso de Poesía Roscommon. Sus poemas se han publicado en The Irish
Time y se han traducido al farsi para una audiencia persa. El trabajo de Lynda se puede
encontrar en las siguientes antologías y revistas: Skylight47 / North West Words /
Poethead / Live Encounters / Templar Poetry / Hennessy New Irish Writing / A New Ulster /
Abridged / Poetry Day Ireland audio poems / Where are you from? (Antología inglés-farsi)
/ Willawaw Journal / Bangor Literary Journal / Lagan Online / The Lea Green Down /
Dodging the Rain / Fresh Air Poetry / Antología Blackbough Poetry / Pendemic, entre
otros. Recientemente recibió una Beca Individual de Resiliencia de Emergencia del
Consejo de las Artes de Irlanda del Norte. The Boiling Point for Jam (Arlen House) es su
primera colección de poesía publicada. https://www.bookdepository.com/Boiling-Point-
for-Jam-Lynda-Tavakoli/9781851322497?ref=pd_detail_1_sims_b_v2v_1

La voz poética de Lynda Tavakoli es nostálgica y contemplativa. En sus poemas
encontramos lugares psicológicos recurrentes como la pérdida de la inocencia y la niñez
perdida.

Los versos de Lynda son una urdimbre de imágenes calcadas en el alma maleable del niño
con el sueño cotidiano del adulto que ancla su conciencia en el ayer. Un ahora que se fuga
en cada intento por ser vivido.


        I.     Mi niño
 

 A veces, por la noche
 cuando la casa dormía
 me deslizaba en tu habitación
 observaba la sombra de tu respiración
 en el aire vacío
 
 Nadie lo sabía
 excepto aquellas chicas con pechos dilatados
 con sonrisas airosas
 que espiaban desde lo calendarios
 las fantasías de los mancebos
 
 Cuánta crueldad en el giro
 del tiempo que robó tu inocencia
 te dejó tras de sí
 
 Entre estas paredes solitarias
 que albergan silenciosos latidos
 tu respiración le susurra
 misterios al oído de una chica
                           Me obligo a dejarte ir
 
 Tu viaje hacia la adultez
 ha culminado
 mi adorable niño
 



        I.    La muerte de las golondrinas
 

 Cayeron desde las vigas del garaje
 sus alas, tan ligeras como un pensamiento
 inmersas en una fragilidad
 de hueso y pluma
 
 Tres crías y su madre
 pasaron desapercibidos en
 mi prisa de ayer, cuando
 cerré la puerta y di paso
 a la muerte
 
 El sopor que albergaban
 era un hálito extinto por la noche
 la esperanza de rozar el cielo
 abierto al amanecer
 
 Los enterré con sus ojos cerrados
 al azul, sobre las espaldas
 emplumadas, con sus alas rígidas
 como la certeza
 
 para siempre encalladas
 en el vuelo terrenal
 



        II.    Palabras
 
 
 A los quince años mi padre abandonó la escuela
 era, entonces, un niño espontáneo y bisoño
 partía hacia nuevas tierras
 más allá de la isla donde nació
 
 Lo que sí conocía era el trino de las perdices marinas
 a través del lago, el olor de la lluvia que se
 burlaba del pantano y las palizas que recibía
 por ser el décimo en una prole de diez
 
 Cuando el tiempo alivianó sus aristas y
 su mente brillante no se lamentaba
 más por la falta de oportunidades
 buscó consuelo en las palabras
 grabó su diminuta huella cual pisadas
 de hormigas en el diccionario del siglo XX
 de Chambers, que aguardaba en la
 estantería del fregadero
 con una cubierta de papel marrón
 envuelto como un cárdigan familiar
 alrededor de páginas tan finas
 como el papel de arroz
 
 A la hora del té, mi padre degustaba las
 palabras igual que la comida en su plato:
 gelid y linch, sympodium y ruderal, memoriter y treen
 cada una era explorada con la ternura del pensamiento
 con la caricia etérea de un hombre grande
 
 No sólo buscada sus significados
 también sus pronunciaciones
 la ortografía, la etimología
           ¡Las sencillas y alegres sorpresas!
 
 Esta fue su educación ausente
 la forma en que transmitía lo que perdió
 
 Mi padre, un hombre de pocas palabras
 nos las ofrecía como algo enjaulado
 y sólo aguardaba por la alegría
 de su liberación
 



        III.     Canción de chimenea
                 Oscar y Valeria Ramírez
 

 En la garganta de la chimenea un canto
 trino de humo en la boca abierta de un hogar
 un mirlo que ofrece su historia, en el
 crepúsculo, a la tierra y el cielo
 
 Aquí, en mi sala de estar, el mundo cambia
 
 En la televisión, un padre y su hijo
 una camiseta cubre su pequeño cuerpo
 y, de repente, también un lastre de piedras
 que se apresura en la corriente
                           La captura del día
 
 Amordazo la emisión, ahogo una sarta
 de culpas que sobresale de la pantalla
 y, aquí, en mi sala de estar, capto el trino de
 un mirlo que devora la distancia entre
 el Río Grande y mi hogar
 



        IV.     ¿Es esto lo que hago?

 
 En un pasillo de magnolias recién pintadas
 los rayos del sol caen desde las ventanas del tejado
 hasta las alfombras con pecas
 
 Un televisor hablar demasiado alto
 consigo mismo en la habitación de alguien
 
 Te encuentro durmiendo
 Tu cabeza pende como una percha
 mal colgada y tu cabello, recién cepillado
 está colmado por rizos de época de guerra
 -Legado en espiral que pasó de mí-
 
 Pronuncio tu nombre
 veo el despertar renuente
 de tus ojos
 ¡Qué pesar interrumpir
 tu camino de sueño al cielo!
 
 Hoy hablamos de vestidos azules
 y de funerales y de cuánto te gusta
 mi abrigo y del color que huele a
 algo que se fuga de la visión
 
 Me preguntas
 ¿esto es lo que haces?
 ¿sentarte a esperar y a esperar?
 
 La resignación en tu voz
 es lo más difícil de soportar
 
 En esta habitación, el ladrón del tiempo
 midió su falso recuerdo en el tic-tac
 ahora el pasado se convierte en presente
 y el presente merodea en algún lugar
 del pasado

María Del Castillo Sucerquia, nacida en Barranquilla, Colombia (1997), es una poeta bilingüe, escritora, tutora, médica oriental (Neijing, España) y traductora (francés, Inglés, italiano, portugués, español y alemán). Con experiencia en radio y actuación (teatro y cine). Ha participado en numerosos festivales de poesía, recitales, foros, conferencias y encuentros culturales. Sus poemas han sido traducidos en diversas antologías (Encuentro internacional de mujeres poetas Cereté, Relatos para adolescentes, Poesía Colombiana y Ecuatoriana, entre otras), revistas, periódicos y sitios web nacionales e internacionales (Filogicus, Libresta, María Mulata, Bharatha Vision, Azahar, Atunis Poetry, El Heraldo, Muelle Caribe, Crisol, Uttor Kota, Sol y Luna, entre otros). Y traducidos al canarés, árabe, urdu, bangla e Inglés. También colabora con las revistas Vive Afro (Medellín), Altazor (Chile), Cronopio (Missouri), Golem (México)

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