22 Tengo el ansia desarraigada del aire, una insuficiencia de luz envolviéndome las nostalgias, aun las que creía guardadas en los cajones de mis parpados dormidos, porque enganché a tu vientre mi rosa de los vientos los ojos de Juana y el gris tristísimo de la higuera. Tengo una nostalgia libre dormida en el pretérito del suspiro porque anhelo la paz sostenida con un hilo de nylon sobre esta piel olorosa a mañanas y naranjas sin esquirlas de añil sobre el insomnio. Tengo, pero ¿qué tengo? si no tengo nada, sólo mi cabellera extendida reinando inútil y descaradamente satisfecha sobre tu almohada. Alusión a Juana de Ibarbourou 26 Me gustan los monstruos. Ese amor teratológico cargado de significación inmaterial de sentimientos contrapuestos, revelador de secretos amnióticos de acciones prohibidas, de confusión y cuestionamientos. Proyección de las regiones oscuras en el mar de mi psique donde la supervivencia orbita en medio de la involuntaria colección de propiedades que fluctúan entre el amor y el miedo. Un solo ojo tres corazones bombeando sangre azul, veo su cara de ave mientras dibuja herbolarios para camuflar sus cicatrices víctima también. Unidos ahora por la resiliencia acepto los juegos que la claridad refleja ocasionalmente en las paredes más ocultas del ser y así decido girar la llave exhibida en el cerrojo más antiguo al centro del pecho. Ambos del poemario Transgredir(se), Torremozas 2019 DESDE FUERA DE LA CAJA Un caracol me mira con sorpresa desde su manera de soñar, no puedo negar que su presencia es el recurso simple de algún recuerdo para ver la luz. En esta versión de la realidad, mi voz es un frasco de tinta para experimentar la palabra y salpicar paredes blancas en la caída, desde todas las coordenadas donde la rosa de los vientos inmersa en un mar oscuro y quieto, sirva de anclaje en la distancia. Aprendo el oficio de salirme del cuadrado, pongo a prueba la fuerza de mi intención esa que me libera de la parálisis expectante del silencio. En este ámbito del experimento donde convergen tantas cosas salvajes y la pasión es espiral, se gestan sueños, pequeños mundos de sal mientras todo reposa sobre la fragilidad de su circunferencia. Contemplo la imagen para seducirla, para hacerla mía, letra a letra pese al efímero instante en que aparece, sutil y húmeda como rastro de molusco. Entonces, un escozor en la consciencia parecido a las sombras de los árboles empieza a callar la noche, y es un juego añejar la palabra en el último estadio de la metamorfosis que dará a luz al poema, si no habrá que convertirlo en briznas del aire resquebrajarlo con pizcas de luz para que lo sueñen niños y monstruos sin que nos demos cuenta. Para Jon Andion, con Intertextos de su obra
Gestión por María Macaya

Marianella Sáenz Mora (Costa Rica) Turismóloga graduada de UMCA y ULACIT. Poeta, narradora, gestora cultural orientada a la acción social. Además escribe haiku y literatura infantil (inédita).Facilitadora de talleres de fomento de lectura de poesía contemporánea, creación literaria inicial y de poesía como herramienta terapéutica. Ha publicado tres poemarios y participa en más de una veintena de antologías internacionales. Su obra ha obtenido reconocimientos tanto dentro como fuera de su país, cabe destacar el Primer Lugar en la categoría de cuento del Concurso Literario Gonzalo Rojas Pizarro, Chile (2020) y el Segundo Lugar en Poesía del Certamen Literario Brunca (2015), Sede de Occidente de la Universidad Nacional de Costa Rica.